El Banco de España sugiere al nuevo Gobierno que cree un banco malo

Se plantea como la solución para el problema de la banca española con el ladrillo. El Partido Popular ha dejado caer en numerosas ocasiones que está entre sus planes. Y ayer, por primera vez, el Banco de España habló ya de crear un banco malo que absorba los activos tóxicos de bancos y cajas , sobre todos los ligados a la construcción y promoción inmobiliaria. El gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exigió al futuro Gobierno que profundice en la reforma bancaria iniciada y dijo que, para ello, «hay que estar abierto a todas las soluciones que mejoren la situación». «Herramientas hay muchas; no hay que caer en la complacencia sino seguir haciendo cosas, lo que incluye el banco malo», concretó. Y dijo que sería un «grave error» no emplearlas.

El supervisor justificó esa necesidad de acelerar y completar la «inacabada» reestructuración del sistema financiero del país alegando que «la presión sobre las entidades de crédito se ha intensificado» por la gravedad de la situación actual. «Por tanto, las necesidades de ajuste y reestructuración financiera no solo se mantienen sino que se han incrementado », advirtió durante un acto organizado por la Fundación de Estudios Financieros, durante el cual también reclamó una reforma laboral ambiciosa e inmediata y que se pongan todos los esfuerzos en cumplir el objetivo del déficit.

Cuando las ayudas con dinero público a la banca, entre ellas la posibilidad de crear un banco malo, levantan más ampollas que nunca, Ordóñez no dudó en defenderlas. «En la situación en la que nos encontramos ahora, castigar con la quiebra a quien haya actuado mal puede tener efectos secundarios indeseados», dijo. Aunque avisó de que eso no significa ser «blandos» con esas entidades y admitió que a cambio de esos apoyos se les exigirán compromisos.

Las cifras publicadas ayer por la Comisión Europea demuestran además que el Viejo Continente ha volcado todos sus esfuerzos en salvar a la banca. Entre octubre de 2008 y diciembre de 2010, los bancos europeos recibieron ayudas públicas de los países de la Unión Europea por 1,6 billones de euros , el 13% del PIB comunitario. Mientras tanto, el apoyo de los Estados a la economía real en los últimos tres años fue de 82.900 millones.

El apoyo público a los sectores productivos cayó en 2010 un 50% interanual, hasta los 11.700 millones, frente a los 21.000 de 2009. El Ejecutivo comunitario justificó ayer ese descenso por la baja demanda y la restricciones presupuestarias aprobadas en los países de la Unión con el objetivo de sanear las cuentas públicas. En base a esto, la Comisión Europea decidió dar por finalizado ese marco temporal de ayudas estatales a la economía real, que se aprobó en 2008.

El Ejecutivo europeo acordó eso sí prorrogar las ayudas a la banca de forma indefinida. «La condición clave para desconectar la máquina de respiración asistida entre el Estado y el sector financiero es que se solucione la crisis de la deuda soberana», concretó el vicepresidente de la Comisión, Joaquín Almunia.

De los 1,6 billones entregados a las entidades, 1,199 billones (el 9% del PIB) sirvieron para garantizar la liquidez de los bancos. El resto, 409.000 millones, el 3% del PIB comunitario, se empleó en atajar sus problemas de solvencia , en recapitalizar y adquirir activos tóxicos de las entidades; esto es, en rescatarlos. Los bancos de Irlanda, país rescatado por el agujero de su sistema financiero, fueron los más agraciados: recibieron el 25% de las ayudas. Los británicos el 18%, y los alemanes el 15%. Los españoles usaron 146.000 millones, el 8,4% del PIB nacional.