Los inversores se ceban con la solvencia de España, que se la juega hoy en el mercado
El Tesoro colocará bonos a diez años con la prima en nuevos máximos: 460 puntos básicos
F. P. M.
España tiembla, Europa se tambalea. El cerco de la gran crisis de deuda se extiende a cada vez más países y se estrecha sobre los más señalados. En una nueva jornada negra, la prima de riesgo del bono español a diez años sufrió el castigo más severo de los inversores ... . Volvió a pulverizar sus peores registros históricos y, al cierre de la sesión bursátil, se disparaba hasta los 460 puntos básicos, cinco más que ayer. De nada sirvió en esta ocasión el grifo entreabierto de BCE. Amortizado a media mañana el efecto placebo de sus compras, el enfermo volvió a ofrecer sus peores síntomas a los postres. La rentabilidad de nuestro bono de referencia pasó en apenas 24 horas del 6,34% a un 6,41%, haciendo estéril el ligero alivio estadístico que brindó el bono alemán, que repuntó del 1,78% al 1,82%.
Atenazada por un proceso electoral que ralentiza la toma de decisiones y sobrealimenta la desconfianza de los inversores, España se tambalea sobre un delgado alambre con espléndidas vistas al abismo. Y, en mitad de la tormenta, hoy tratará de seguir haciendo pie en una cita trascendental. Esta mañana, el Tesoro intentará captar entre 3.000 y 4.000 millones en obligaciones a 10 años , un plazo emblemático sobre el que se sustenta casi un tercio de la deuda emitida por nuestro país. El martes, la colocación de letras a 12 y 18 meses se saldó con tipos por encima del 5,2%, niveles desconocidos desde 1997 y que suponían un 40% más de lo que se pagaba un mes antes. Con ese precedente y la prima consolidada en más de 450 puntos básicos, los expertos apuntan a que el Tesoro tendrá que elevar de nuevo el interés ofrecido entre el 6 y el 7%, cifras que supondrían un nuevo empellón hacia el precipicio.
Como sonrojante referente, el Tesoro alemán logró colocar ayer 4.815 millones en bonos a dos años a un interés del 0,39%. Mientras Berlín se financia casi gratis, la prensa europea ya comienza a hablar del rescate español como un escenario indeseable pero plausible. Una ayuda económica que, según «Financial Times», podría desembocar en una «quiebra de la zona euro financieramente catastrófica». El rotativo británico instaba ayer también a Mariano Rajoy a «actuar rápidamente» para ganarse la confianza de los mercados y las autoridades europeas y convencerles de que «puede impulsar una recuperación». Ante tan tenebroso panorama no vienen mal pinceladas de color como la del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que ayer recordó que Alemania cuenta con un nivel de deuda mucho más«preocupante» que el de la marcada España.
Pero nuestro país fue ayer el indiscutible eslabón débil del castigado engranaje de la deuda europea. La solvencia del resto de países experimentó una ligerísima mejoría , pero el virus de las dudas sigue firmemente atrincherado en cada rincón de la eurozona. Por más que su Gobierno hablara ayer de un castigo «injustificado», Francia volvió a cerrar en el entorno de los 190 puntos básicos, la rentabilidad del bono Italia no baja de la zona de cataclismo del 7% y Bélgica aún supera los 300 puntos básicos. Hasta los más aplicados y reconocidos alumnos del rigor macroeconómico, como Holanda y Finlandia, han comenzado la lenta escalada por el escarpado territorio de las sospechas.
Sin embargo, las Bolsas europeas protagonizaron su particular maniobra de escapismo con moderadas subidas, encabezadas por el Ibex, que ignoró también la rebaja en la previsión del PIB y se apuntó un 0,81%.
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