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Buscando ciudades extraterrestres iluminadas

En un artículo recién publicado en ArXiv.org investigadores de Harvard y Princeton desvelan una nueva técnica capaz de distinguir la iluminación artificial más allá del Sistema Solar

Buscando ciudades extraterrestres iluminadas efe

josé manuel nieves

Los astrónomos Abraham Loeb, de la Universidad de Harvard en Cambridge, y Edwin Turner, de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey, acaban de proponer una nueva forma para descubrir civilizaciones extraterrestres avanzadas. Si a pesar de nuestros esfuerzos, dicen, no hemos podido aún captar sus emisiones de radio, probemos entonces a buscar sus ciudades iluminadas de noche. En un artículo recién publicado en ArXiv.org los investigadores desvelan una nueva técnica capaz de distinguir la iluminación artificial más allá del Sistema Solar.

Basta con echar un vistazo al vídeo que hay sobre estas líneas para darse cuenta. Se trata de una animación, hecha a base de docenas de imágenes facilitadas por los tripulantes de la Estación Espacial Internacional y montadas después por especialistas del Centro Espacial Johnson en Houston. Y muestran de forma espectacular cómo las ciudades de la Tierra (en este caso las de Oriente Medio y el sur de Asia) brillan con luz propia cuando se ven desde el espacio. Imágenes como ésta se han convertido en todo un icono, capaz de revelar de un simple vistazo el impacto de la Humanidad sobre nuestro planeta.

Ahora, Loeb y Turner afirman que es muy razonable pensar que alguna hipotética y lejana civilización extraterrestre también tenga que iluminar sus ciudades durante la noche. Y que es más que probable que cualquier forma de vida que haya crecido bajo la luz de un sol, haya desarrollado algún sistema artificial para mantener la iluminación durante las largas horas de oscuridad nocturna.

«La iluminación artificial puede servir como una farola que señale la existencia de civilizaciones extraterrestres»

Como sucede en la Tierra, esa iluminación sería completamente diferente de la natural. Nosotros disponemos de dos clases de luz artificial: la térmica, que es la que dan las clásicas bombillas incandescentes, y la más blanca y fría que proporcionan los LEDs y los fluorescentes. Para Loeb y Turner, “Los espectros de las luces artificiales en objetos lejanos probablemente se distinguirían también de las fuentes de luz natural". Por eso, añaden, “la iluminación artificial puede servir como una farola que señale la existencia de tecnologías y civilizaciones extraterrestres”.

Una "farola", por cierto, que no resulta nada fácil de localizar. Los investigadores parten de la base de que esa luz extraterrestre artificial se distinguirá, como sucede con la nuestra, de la luz natural que emite su estrella. Y sugieren una forma de distinguirla que se basa en las variaciones en la luz que emite un planeta al moverse alrededor de su estrella.

Dado que su órbita será elíptica, la cantidad de luz natural que el planeta refleje irá cambiando a medida que cambie la distancia a la estrella. Sin embargo, la cantidad de luz artificial permanecerá siempre constante. Razón por la que el flujo total de luz de un hipotético planeta con iluminación urbana variará de forma muy diferente a la de otro que esté deshabitado. Y esa variación puede ser medida.

Por supuesto, no se trata de una tarea sencilla. Loeb y Turner han calculado que “para que esta señal sea detectable, el lado nocturno debe tener un brillo artificial comparable a la iluminación natural del lado diurno ”. Algo que no parece muy probable. Aquí, en la Tierra, la iluminación diurna es unas 100.000 veces superior a la nocturna...

A pesar de las limitaciones, la nueva técnica está siendo considerada muy seriamente por "cazaplanetas" de todo el mundo. Se trata sólo de un primer paso, pero en una línea de investigación nueva y completamente original, que sin duda dará lugar a métodos mucho más precisos y detallados en el futuro.

Investigación con telescopios

Sin embargo, Loeb y Turner creen que se podría considerar emprender la búsqueda de ciudades extraterrestres más cerca de nuestra propio hogar. De hecho, los mejores telescopios actuales son lo suficientemente potentes como para ver la luz artificial de una ciudad como Tokio a unas 50 Unidades Astronómicas (UA) de distancia. Una Unidad Astronómica es la distancia que hay entre la Tierra y el Sol, cerca de 150 millones de km. Y 50 UA es más o menos la distancia que nos separa del cinturón de Kuiper, una lejana región exterior de nuestro Sistema Solar en la que se están descubriendo rocas de todos los tamaños, incluso cuerpos planetarios de dimensiones parecidas a las de Plutón.

Loeb y Turnen proponen echar un buen vistazo ahí fuera, por si acaso nos encontramos con alguna sorpresa. Si hubiera alguna ciudad iluminada en el cinturón de Kuiper , deberíamos poder verla con los medios actuales. “Los Objetos del Cinturón de Kuiper iluminados artificialmente - dice Loeb- podrían tener su origen en civilizaciones procedentes de otras estrellas”, ya que podrían haber sido eyectados de sus propios sistemas y haber terminado en su lugar actual.

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