Dídac Ramírez: «El filtro para crear universidades será más riguroso»
El rector de la UB advierte a la Generalitat de que si siguen los recortes el efecto en las universidades «puede ser estructural»
—El Ministerio de Educación ultima un decreto que ofrecerá a las universidades la posibilidad de fusionarse. ¿En qué medida podría afectar al mapa universitario catalán?
—Es muy improbable que haya fusiones en Cataluña porque la ratio de universidades por millón de habitantes en Cataluña es muy razonable. Las universidades probablemente no se fusionarán, pero sí compartirán másteres, doctorados, grados, programas de movilidad e instalaciones; será una forma de ajustar la oferta y optimizar recursos. Este borrador de decreto no habla solo de fusiones, sino que apunta hacia otros asuntos importantes, como las condiciones para que un centro sea considerado una universidad. El filtro para crear nuevas universidades sería mucho más riguroso.
—Al margen de que no haya fusiones, ¿variará la fisonomía de la universidad catalana?
—Sin duda. El mapa de titulaciones deberá racionalizarse porque hay sobreoferta de algunas carreras. Determinadas universidades no tendrán más remedio que especializarse.
—¿Pueden las universidades soportar nuevos recortes?
—Con los recortes se ha tocado techo. Si la pregunta es: ¿aguantará la Universidad catalana una segunda fase de recortes en 2012?, la respuesta es que podemos vivir con menos recursos, pero rebajando la calidad. Por ahora no ha afectado porque el personal de las universidades es muy responsable y actúa con profesionalidad, aunque esta situación no podrá mantenerse muchos años. Si hemos de salir de la crisis potenciando la cultura del conocimiento, no tiene ningún sentido que se recorte en universidades.
—Entonces, ¿qué sugiere al Gobierno que haga?
—Si yo gobernara, tendría claro que de las universidades no recorto.
—¿Que han supuesto los recortes para su universidad?
—Hemos recortado en movilidad estudiantil, para evitar que los ajustes impacten en el personal y en la investigación. Estamos mejorando en otras fuentes de financiación alternativa, alquilando algunos espacios y conteniendo inversiones, aunque no hay mucho más margen de ahorro.
—Debo preguntarle por el conflicto de la capilla en la Facultad de Económicas. Parece que se han calmado los ánimos, ¿no cree?
—Está claro que la UB ha pagado con creces la cuota de conflictividad social con este problema y el del encierro de los anti-Bolonia. Trabajamos para mantener la convivencia.
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