Grecia se quita la mitad de la deuda
Europa saca la artillería al elevar la capacidad del Fondo de Rescate hasta el billón de euros
E. SERBETO, M. NÚÑEZ
La quiebra de la deuda de un país no era una eventualidad prevista por los creadores del euro, pero han tenido que reconocer que en el caso de Grecia no había otra solución. El acuerdo de reducir al 50% el valor de la deuda de ... este país, el gobierno de Atenas espera obtener un alivio en la presión de la calle, pero está lejos de resolver automáticamente sus graves problemas. El ministro griego de Economía, Evangelos Venizelos, ha prometido a sus ciudadanos que gracias a esta reducción no tendrá que aplicar más recortes de pensiones ni de salarios, pero al mismo tiempo ha dicho claramente que ello no puede detener la necesidad de seguir haciendo reformas para poner al país en marcha y dotarlo de cierta capacidad a la administración. Las inspecciones de la Comisión Europea y el FMI serán "más constantes y regulares" para evitar el dramatismo que han tenido hasta ahora esas gestiones, pero no eluden el hecho de que Grecia seguirá durante mucho tiempo siendo un país intervenido.
Algunos analistas recordaban ayer por la mañana que, de todos modos, con la reducción de su valor a la mitad, la deuda pública seguirá suponiendo el 120% del PIB griego dentro de una década (frente a casi 160% de hoy), lo que augura todavía grandes sacrificios para la población. «Si no se hubiera producido esta reducción, estaríamos en el 175% en 2020, gracias a este acuerdo, ahora es una deuda viable, se trata de un alivio impresionante», según Venizelos. La decisión de la cumbre del euro significará para Grecia una reducción de 4.500 millones de euros cada año, equivalente al 2,2% del PIB actual.
Para hacer el pacto forzoso más atractivo para la banca y lograr que la participación en el segundo rescate griego siga siendo voluntaria, la eurozona aportará 30.000 millones en garantías al sector.
La directora general del FMI, Cristina Lagarde, ha confirmado que la institución dará luz verde a la nueva inyección de ayuda, con otros 100.000 millones para el segundo rescate que ahora asciende a 130.000 millones de euros hasta 2014, bastante más de lo que se acordó en julio. Con esta aportación se espera que se facilitarán las negociaciones con los bancos en las próximas semanas para poner en marcha las fórmulas de intercambio de deuda, en una operación teóricamente voluntaria, para evitar que fuera necesario acudir a los seguros de deuda, aunque por ahora nadie ha sido capaz de anticipar cual será la reacción de las agencias de calificación.
Además, los líderes europeos decidieron sacar toda la artillería para parar el posible contagio de la crisis de deuda aumentando el Fondo Europeo de Estabilización Financiero de la eurozona, conocido como Fondo de Rescate, hasta el billón de euros. Los países no aportarán más dinero al actual Fondo, dotado con 440.000 millones de euros, sino que se apalancará el dinero para multiplicar su potencial de crédito. Entre las novedades figura también una ampliación de las capacidades del Fondo, de modo que podrá dar préstamos a los países con dificultades de financiación, previo acuerdo con el FMI y siempre que haya un plan de condicionalidad.
En materia de reacciones destacó ayer la del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien aseguró en un comunicado que pide a los líderes europeos la «rápida y completa implementación del plan acordado», al tiempo que anunció que seguirá apoyando a la Unión Europea.
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