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«Es una buena terapia para parados hablar y escribir sobre su situación»

Empresa entrevista a Tal Ben Shahar, psicólogo de Harvard que da consejos a desempleados y gente con problemas económicos para no dejar de ser felices pese a la situación general

«Es una buena terapia para parados hablar y escribir sobre su situación» abc

mario s. guillén

La profesión periodística es en ocasiones maravillosa porque te permite conocer a personas que merecen la pena. Tal es el caso de Tal Ben Shahar, un psicólogo israelí que en una universidad como Harvard (radicada en Boston, Massachusetts) tiene una catedra ni más ni menos que sobre la felicidad. Y una conversación de veinte minutos con Shahar da la impresión de que, efectivamente, es un hombre feliz. Tal Ben Shahar ha participado esta semana en el Forum de Liderazgo y Gestión del Talento organizado por HSM.

- Nuestro país está experimentando ahora mismo una de sus peores situaciones económicas. ¿Nos puede dar un consejo general a los españoles para ser más positivos?

«Hacer deporte tiene el mismo resultado que los tratamientos con pastillas»

- Creo que lo primero de todo es aceptar que es un momento difícil y también es importante aceptar las emociones como vienen, no pretender esconderlas. En segundo lugar, especialmente en los momentos difíciles es importante estar mucho tiempo con la gente que nos importa y a la que le importamos. Es un tiempo de calidad. Otro elemento que ayuda a la felicidad y al bienestar es el ejercicio físico. Hay estudios que dicen que hacer 30 minutos de ejercicio físico tres veces por semana es equivalente a alguna de las más poderosas medicaciones. Jugar al fútbol, andar, basket, también el gimnasio, todo ello contribuye a nuestros niveles de felicidad. Otro elemento importante es sentirse agradecido por lo que tenemos, incluso en los momentos más difíciles hay todavía cosas por las que debemos estar agradecidos: una agradable comida en nuestra mesa, la gente que está en nuestras vidas, los niños, los amigos, o el entorno bello que tenemos alrededor.

- Entiendo lo que dice y es muy útil, pero si recomienda a la gente aceptar la situación y tratar de ser feliz de todas maneras, ¿no puede esto conducirnos a una apatía y al inmovilismo?

«Hay que saber ser agradecido por lo que tenemos pese a la situación»

- Creo que hay que diferenciar claramente las emociones y la acción. Yo puedo aceptar una emoción difícil pero eso no quiere decir que tenga que ser pasivo. Al contrario, se trata de aceptar las emociones y actuar de la manera más apropiada. Déjame darte un ejemplo: yo puedo experimentar celos o envidia de mi mejor amigo y eso es natural y a todos nos pasa en algún momento de la vida. Pero a pesar de ello tengo que actuar con generosidad hacia él. No hay nada malo en sentirse de una forma o de otra. El tema no es no sentir miedo, sino ser capaz de ir hacia adelante aunque se sienta miedo. Hay que preguntarse qué debo hacer y cómo debo actuar para mejorar mi situación.

- Cuando la gente está disconforme con la situación general, suelen reaccionar con ira, se relaciona el descontento con la ira...

- Si yo por ejemplo me siento mal y reacciono atacando a la gente, es un comportamiento inmoral. Pero si me siento mal y reacciono escribiendo, contando lo que siento, es algo bueno. El comportamiento puede ser moral o inmoral, no así las emociones.

- ¿Puede la situación económica influir en general en la felicidad de la gente? ¿Son ahora mismo los alemanes más felices que los españoles por su mejor situación económica?

«Los lazos familiares son fuertes en España y esto aporta más felicidad»

- Si la economía se deteriora y hay un periodo difícil, lo que está ocurriendo afecta al humor de la gente. Se sientes peor y menos felices. Sin embargo cuando la economía va bien o incluso muy bien, la gente lo asume y lo da por hecho. Así que una economía sana con mucho dinero no hace a la gente feliz necesariamente, pero esta situación sí hace a la gente infeliz. Hay estudios que relacionan la riqueza con la felicidad y concluyen que el dinero no dirige a la gente hacia la felicidad. Si no tengo dinero para comer o para pagar mis deudas por supuesto que un dinero adicional me hará feliz. Pero cuando tus necesidades básicas están cubiertas, el dinero adicional no te hace más feliz. La felicidad te viene de pasar tiempo con la gente que te quiere, del ejercicio físico o de estar agradecido por lo que tenemos.

- La situación actual es incluso peor para los desempleados y en España tenemos más de un 20% de la fuerza laboral que no puede encontrar trabajo. ¿Qué le puede decir a esta gente?

«Es bueno que un parado hable o escriba sobre sus experiencias»

- En primer lugar, es una situación muy difícil y la clave es experimentar o sentir la emoción. Es bueno que el desempleado hable o escriba sobre sus experiencias. La gente que está buscando trabajo y habla o escribe frecuentemente sobre ello tiene más posibilidades de encontrar un empleo. Porque una de las tendencias de la gente ante esta situación es tratar de no dejar que esto les hunda y por tanto no hablan y no lo comparten. Pero ser fuerte en esta situación nos lleva a más infelicidad y menos sentimiento positivo.

- Un estudio sobre la felicidad en distintos países recientemente concluyó que Grecia era uno de los países con la gente más feliz. Sin embargo otros países más ricos tenían menos felicidad.

- Como dije antes, más allá de los niveles básicos el dinero no da la felicidad. Si fuera así los Estados Unidos tendrían a la gente más feliz del mundo, y esto no es así. Hay mucha gente en Latinoamérica mucho más feliz que la gente en Norteamérica y la pregunta es por qué. Y la respuesta es porque pasan más tiempo con la familia y los amigos. En Grecia pasa lo mismo, también en España. Son países con fuerte tradición familiar aunque esto está cambiando, y hay que tener cuidado con esto. No estoy diciendo que no haya que trabajar duro, que buscar mejorar las condiciones, que ser ambicioso. Eso está bien. Pero a la vez no debemos abandonar nuestras relaciones personales porque ello nos conducirá a la infelicidad.

- En España tenemos elecciones generales en un mes. Un cambio de Gobierno, ¿podriá mejorar el estado de ánimo general de la gente?

«Estar implicado en política ayuda a la gente a ser más feliz»

- Sí. Aunque es responsabilidad del individuo encontrar su felicidad. Pero el trabajo del Gobierno puede influir. Por ejemplo, los gobiernos que recortan la libertad hacen a la gente más infeliz. Y los países con libertad tienen ciudadanos más felices porque tienen la capacidad de elegir lo que quieren hacer con su vida. El Gobierno también puede introducir la educación para la felicidad. Es muy importante enseñar matemáticas, historia, lengua. Pero ¿por qué no podría la escuela enseñar a los niños también a tener una vida más feliz y más saludable, a cultivar relaciones más felices y sanas? Es importante llevar a todo esto. Si se introducen pautas de mejora psicológica en la escuela se influye a los niños, también a los padres y por supuesto a los profesores. Es importante que el Gobierno instruya en esta educación para el bienestar.

- Y también si nos encontramos en una deriva hacia abajo durante unos cuantos años con un mismo Gobierno, un cambio puede hacer a la gente creer que esta situación puede cambiar.

- En general, estar implicado en política, preocuparse de lo que pasa, dormir en tiendas de campaña en la calle como se ha hecho en España, manifestarse, todas estas cosas aportan a la gente un significado, un sentimiento de que pueden controlar lo que pasa con sus vidas. Todo esto ayuda a la gente a ser más feliz.

- ¿Si sientes que hay injusticia en el mundo es posible ser feliz? ¿Es posible tratar de cambiar las cosas y a la vez ser feliz?

«Hay que ser activo ante las situaciones y no pasivo»

- La clave no es tanto cambiar las cosas como poner el esfuerzo en cambiarlas. Si yo siento que no me gusta el Gobierno y pienso que las cosas no van a cambiar eso no me va a hacer feliz porque estoy siendo pasivo. Sin embargo, si quiero realmente que las cosas cambien y hago el esfuerzo -manifestándome, creando grupos...- esta acción, incluso si no tiene éxito, el esfuerzo de intentarlo y encontrarte gente que piensa como tú, eso te va a hacer más feliz. Ser activo y no pasivo ante las cosas es lo que te conduce al bienestar.

- Hoy es lunes. Por favor deme un consejo para los desempleados que se encuentran esta mañana tratando de buscar trabajo después de un fin de semana en el que quizás han olvidado su situación.

- La vida de cualquier persona está llena de subidas y bajas. Yo tengo días en los que me siento fatal y días en los que me siento genial. Es algo que nos pasa a todos. La diferencia entre la gente feliz e infeliz es que la gente feliz entiende que cuando se sienten mal esa situación es temporal y que pasará. La gente que toma las medidas para mejorar su vida es gente más feliz. Lo que recomendaría a los desempleados es, en primer lugar, escribir sobre sus emociones, sobre lo que está pasando y las experiencias difíciles que están teniendo. Y tomar acciones, bien sea enviar cientos de cartas a empresas, bien ir tocando las puertas una por una buscando trabajo y sentir que toman acción. Incluso si te lleva dos semanas, dos meses o seis meses encontrar algo. Persistir y continuar y no dejar de intentarlo, porque si lo haces sí que no vas a tener éxito.

- Si el dinero no te lleva a la felicidad, ¿por qué tenemos esta crisis ahora, en la que mucha gente está intentando acumular más y más dinero que no les va a llevar a la felicidad?

«Los que acumulan dinero sin fin aún piensan como el hombre antiguo»

- Hay una parte de nuestro cerebro que aún pertenece al desierto, al bosque, que está directamente relacionado con los tiempos pretéritos. Ese cerebro te dice que para ser feliz necesitas acumular cosas, como hacía el hombre antiguo para sobrevivir el invierno siguiente. Y la gente aún tiene esta mentalidad que dice que es necesario tener más y más y más para sobrevivir, para tener la felicidad. Pero en el mundo moderno hay gente que tiene mucho más dinero del que sus hijos y nietos podrán gastar jamás y pese a ello son muy infelices. Porque no se dan cuenta de que esta acumulación de dinero no es la clave de la felicidad. Pero su cerebro aún no se ha modernizado. Así que necesitamos dar un paso adelante y preguntarnos a nosotros mismo qué es lo que nos hace felices. ¿Me hace feliz un coche que cueste 50.000 euros o seré feliz con un coche viejo y pequeño o yendo en metro? Tal vez no haya una gran diferencia. ¿Es realmente necesario tener una casa de siete habitaciones para ser feliz o me vale con una casa más pequeña pero en la que estén dentro mis amigos y mi familia?

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