Los 400.000 secretos que Frank Warren difunde en internet
Visita Madrid el autor de Postsecret.com, un blog con más de 479 millones de visitas
En los últimos cinco años, a Frank Warren (Arizona, 1964) le han hecho 400.000 confesiones. Comenzó pidiendo postales enviadas por correo ordinario con secretos revelados. Sin nombres. Más tarde colgaba una selección con las más curiosas en un blog ( www.Postsecret.com ). Hoy su página, en la que no hay publicidad, ha superado los 479 millones de visitas (más de diez veces la población de España) y aseguran que la aplicación para iPhone ha sido esta semana la más descargada de todos los programas de redes sociales. Hoy llega a Madrid al II Congreso de Mentes Brillantes «El Ser Creativo», que reúne a parte de la selección mundial de la neurona, entre ellos varios premios Nobel.
Su historia como cómplice arranca cuando era el propietario de un pequeño negocio de información médica. Comenzó a tratar la información de las conciencias a raíz de que uno de sus amigos se suicidara. Entonces, empezó a trabajar como voluntario en una línea 900 para personas que pensaban en suicidarse , de doce a tres de la mañana. Pensó que hacer públicos esos secretos podría ayudar a la gente y en 2005 nació Postsecret. «A veces me sigo sintiendo como en aquellas madrugadas en las que atendía las confesiones de un extraño».
Cada domingo publica en su web unas cuantas postales de las que recibe. Las hay para todos los gustos. Un tipo admite que hay un caramelo en el suelo del baño de su trabajo y que tiene ganas de comérselo. Un cristiano confiesa que se masturba y que no se siente mal por ello. Otra persona le habla a su madre natural y le confiesa que tiene unos padres adoptivos maravillosos y que es feliz. Alguien dice que su pareja no fue a trabajar el 11-S en las Torres Gemelas y que él desearía que hubiera ido, y otro más cuenta que bailó en su boda con dos mujeres: la que desposó y con la que le hubiera gustado casarse. « Soy como el extraño del tren al que abres el corazón y cuentas tu vida sabiendo que no lo volverás a ver nunca más en tu vida. Vivo así», explica este esposo y padre que un día reunió a madre e hija para contar su propia confesión, «un asunto que tiene que ver con la vergüenza y que estaba persiguiéndome desde hacía muchos años y que tiene que ver con una escena muy dolorosa de acoso escolar. Primero se lo conté a ellas, después incluí la postal en uno de los libros». No dice cuál es.
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