Rosalía Mera: «El éxito está más cerca del ser que del tener»
Cofundadora de Zara, la mujer más rica de España acaba de recibir el premio «Alfiler de Oro»
ITZIAR REYERO
Gallega atípica donde las haya, Doña Rosalía, como todos la llaman, es una mujer que va de frente. «A vosotros cuanto más lejos os tenga, mejor», anticipa, demasiado seria para ser broma, a los dos únicos fotógrafos invitados a la entrevista. No le gusta la ... prensa y lo airea a los cuatro vientos. Pero en la práctica, su trato resulta cercano y exquisito. La cita, a la que acude ABC, tiene lugar en la última planta del exclusivo Hotel Carlton de Bilbao, donde Rosalía Mera Goyenechea (A Coruña 1944), cofundadora del imperio Inditex junto a su exmarido, Amancio Ortega, recogió el jueves el premio «Alfiler de Oro» de la Asociación de Mujeres Siglo XXI.
Viajó a la capital vizcaína en vuelo regular desde Santiago y con zapatillas deportivas. «Si queréis me las pongo, no tengo ningún problema», concede a los fotógrafos. Un «buen amigo» la recogió en el aeropuerto y la llevó de paseo por la orilla del Guggenheim. A decir de sus formas sencillas y su desenfado —«sigo comprando en Zara y me encanta la telebasura»—, nadie diría que estamos ante la mujer más rica de España. La revista «Forbes» calcula su fortuna en unos 3.000 millones de euros. Pero ella, que abandonó la escuela a los 11 para ejercer de costurera, reniega de etiquetas como «poder» y «éxito» y apuesta más por llenar su vida con la pasión por lo que hace. Especialmente en su Fundación Paideia (organización sin ánimo de lucro que favorece la integración social de los discapacitados) con la que cultiva su lado antropológico.
—¿Intenta cambiar el mundo?
—Creo que todos debemos inventar otra manera de pensar, de producir, de emprender... Algunos podemos hacer y comprometernos con cambiar las cosas. En ese sentido, nosotros hace 25 años que trabajamos en la Fundación con quienes, por razones de salud y pobreza, quedan fuera el mercado laboral. Por otro lado, tiene que ver con el tema de la excelencia, gente muy preparada pero que también están sin poder emprender sus proyectos. Hay que generar plataformas que permitan el desarrollo y el emprendimiento social.
—Representa a una empresaria hecha a sí misma. ¿El éxito sabe mejor cuando se consigue desde abajo?
—Bueno, ¿y qué es el éxito? Lo que sí creo es que cuando uno tiene que luchar duro y adaptarse a los cambios, alcanzar lo que te propones sabe mejor. Llegar a lo fácil es fácil para todos.
—Y para llegar lejos, ¿qué importa más: la ambición o la constancia?
—Tiene que ver mucho con la tenacidad, con el trabajo y con los valores. El éxito está más cerca del ser que del tener. Nos ha perdido la ambición de llegar pronto y lograr el máximo.
—¿Se ha aburguesado la sociedad?
—Sí, ciertamente... la abundancia de estos últimos 30 años no nos ha beneficiado en nada. Ha sido la madre de casi todos los males. El futuro hay que trabajarlo día a día. La crisis nos ha devuelto a la realidad.
—Ha afirmado que «un país que no invierte en sus jóvenes será un desastre». Pero de esta juventud se dice que le falta capacidad de esfuerzo y asunción de responsabilidades...
—Es verdad. Pero yo no culparía a los jóvenes. Ha sido una especie de trampa generada por todos. Hemos estado en una situación de bonanza generalizada y nos hemos acostumbrado a pensar muy a corto plazo. Los padres hemos dado a nuestros hijos todo aquello que no pudimos tener. Es muy difícil educar desde la carencia cuando realmente vives en la abundancia.
—Y usted, ¿dónde halla la motivación en el día a día?
—La pasión por lo que uno hace debe ser el motor y la energía.
—¿Por qué la riqueza sigue en manos de los hombres?
—¡Uf! Las mujeres hemos vivido de forma vicaria a través de los hombres. Con excepciones, hemos empezado tarde, pero las cosas van a cambiar. Nuestro potencial se está poniendo en juego ahora.
—¿La crisis es un nuevo obstáculo para la mujer? A usted, por ejemplo, la conocen como ex de Amancio Ortega.
—Tenemos que tener confianza en las mujeres. Lo que mueve a los hombres no es nuestro motor. Tenemos otras dimensiones que nos importan más. Ponemos en primer plano a nuestros hijos y el amor de un hombre, pero somos mucho mejor gestoras que ellos, por ejemplo, aunque todavía no lo hemos probado porque no nos dejan estar en los puestos de arriba de las empresas. A mí sí, ¡pero soy una minoría!
—Usted es un referente para la mujer emprendedora. ¿Le pesa?
—Al contrario, para mí es un privilegio. Las mujeres no queremos ser punta de lanza, ese no es nuestro afán, pero cuando te llega debes tener valentía para asumirlo.
—Empezó de costurera y vendió pescado. Hoy es la mujer más rica de España. ¿Se siente poderosa?
—No. Me siento poderosa de haber hecho eso con la edad que tenía. Hablar de poder es no tener miedo.
—¿El dinero qué le da?
—El dinero permite hacer mucho y evita injusticias. Hay que ponerlo en su justa medida: es imprescindible, pero también tiene una dimensión muy fea y ruin. Hay que saber manejarlo con coherencia con la vida.
—¿Qué queda de la mujer que empezó cosiendo batas de boitiné ?
—Lo esencial.
—¿Sigue vistiendo de Zara?
—Hay muchísimo en Zara que me encanta, pero ahora es un momento confuso... ¿hay que gastar o ahorrar?
—¿Qué aconseja hacer?
—Los que podamos, debemos consumir. Pero también hay que ser austeros con el gasto.
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