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Osborne se niega a aumentar el gasto y a bajar los impuestos

El ministro de Finanzas presenta una línea de créditos a pequeñas empresas

Osborne se niega a aumentar el gasto y a bajar los impuestos AFP

BORJA BERGARECHE

Las convenciones sirven a los partidos de la oposición para movilizar a sus bases en la larga marcha hacia la recuperación del poder. Para un partido en el Gobierno, una conferencia sirve para todo lo contrario: controlar a las bases. Es lo que intentan estos días en Manchester los líderes conservadores británicos, reunidos en su conferencia desde el domingo, y que cerrará el primer ministro, David Cameron, mañana. Su enemigo a batir, 18 meses después de su victoria electoral, es la frustración entre sus militantes por la contención ideológica que les impone la coalición con los liberales.

El domingo fue el turno del ministro de Exteriores, William Hague —un respetadísimo conservador de manual—, con el flanco euroescéptico del partido: un referéndum sobre la UE no está en la agenda, les dijo. Y es lo que hizo ayer el ministro de Finanzas, George Osborne, con los «halcones» fiscales: no habrá rebaja de impuestos . Osborne subió al estrado para definir el terreno de juego en lo económico, y lo hizo con un discurso sobrio e inteligente, las dos características que definen la personalidad política del más listo de los «cachorros de Notting Hill».

Por un lado, dijo «no» a la persistente reclamación laborista de que abandone su estrategia de recortes y austeridad —el llamado plan A— e incremente el gasto público para ayudar a reactivar la economía —lo que los laboristas llaman el plan B—. El Gobierno no pedirá préstamos para echar gasolina a la economía, dijo el joven ministro: « Imaginen que amplíamos nuestro déficit estructural con más deuda. Pondríamos en riesgo la valiosa credibilidad fiscal que hemos alcanzado ». Pero, por otro lado, dijo «no» también al sector del partido que pide al Gobierno que rebaje los impuestos a las rentas más altas (el tramo más alto del IRPF es del 50%) y, de paso, a la propuesta laborista de bajar el IVA para aliviar a las familias. «Esto es una crisis de la deuda, y la salida de la crisis será diferente. No se sale de una crisis así pidiendo préstamos, y endeudándose más», dijo.

«Aguas tranquilas»

Osborne se separó un poco de su propio guión, sin embargo, al anunciar un nuevo mecanismo de crédito del gobierno a las pequeñas empresas. Los analistas hablaban ayer de un plan multimillonario de «alivio crediticio», señal de que al gobierno le preocupa el riesgo de asfixia financiera de las empresas. La iniciativa ya ha sido bautizada como «Plan A plus». Osborne intentó además hacer ver la luz al final del túnel a su audiencia. «No os negaré que son tiempos difíciles, pero juntos saldremos de la tormenta. Y juntos alcanzaremos las aguas tranquilas que nos esperan», dijo.

De todas formas, el control del mensaje y este marcaje a las bases podrían verse sacudidos hoy por el verso suelto del partido, el alcalde de Londres, Boris Johnson. Se espera que no pierda la oportunidad de desmarcarse un poco de la línea oficial, con vistas a su reelección en 2012 en las municipales en Londres, una ciudad escorada hacia la izquierda.

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