Un Goya más para el Prado durante los próximos seis años

Este otoño, y a la espera del desembarco del Hermitage, el Prado acoge huéspedes ilustres. Primero llegó Picasso: su director, Miguel Zugaza, sigue a vueltas con exhibir en el museo obras del artista malagueño y, a falta de «Guernica» que colgar en sus paredes, buena es «La acróbata de la bola». Claro que esta espléndida obra es del Museo Pushkin de Moscú, adonde regresará el 18 de diciembre. Se quedará mucho más tiempo (seis años) Goya. Concretamente, su primera pintura documentada, de título farragoso: «Aníbal vencedor que por primera vez mira Italia desde los Alpes», de 1771, propiedad de la Fundación Selgas-Fagalde de Asturias. Gracias a un convenio firmado ayer, este primer Goya, pintado con solo 25 años, permanecerá en depósito durante seis años en el Prado, museo en el que ya estuvo en 1993, cuando fue estudiado a fondo y atribuida su autoría a Goya por parte de Jesús Urrea, y expuesto en él un año después como parte de la exposición «Goya, el capricho y la invención». Como contrapartida, el Prado se compromete a estudiar y restaurar cinco del centenar de pinturas de la colección Selgas-Fagalde y organizar en su sede de Cudillero dos exposiciones monográficas con fondos del Prado. La primera, el próximo año sobre Luis Meléndez.

Para hablar de este nuevo Goya en el Prado —que cuelga en la sala 35 junto al «Cuaderno italiano» del pintor aragonés durante solo unas semanas, debido a la fragilidad de este último—, quién mejor que Manuela Mena, responsable de la colección del pintor en el Prado. Nos cuenta que Goya presentó este cuadro al concurso de la Academia de Bellas Artes de Parma en 1771, quizá por la proximidad entre esta Corte y la española (en ambos casos reinaban los Borbones) y la repercusión que tendría en caso de ganar. No fue así. Ganó Paolo Borroni, un artista local, y Goya solo obtuvo una mención. Su principal error, saltarse a la torera algunas preceptivas del jurado, como la gama cromática. Optó por tonos pastel. Ya en este primer trabajo Goya ahonda en la psicología del héroe protagonista, Aníbal. Manuela Mena advierte coincidencias en su mirada con la del fusilado del «3 de mayo». Goya estuvo dos años en Italia (1769-1771), muy posiblemente con Mengs y su entorno.