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Otro paso contra la tuberculosis

Resultados prometedores de una alternativa a la vacuna contra la enfermedad

Otro paso contra la tuberculosis ÁLVARO YBARRA-ZAVALA

N. RAMÍREZ DE CASTRO

Desde 1925, fecha en la que se descubrió la actual vacuna de la tuberculosis, se cree que la infección está llamada a desaparecer. Pero lejos de erradicarse, el «Mycobacterium tuberculosis» se cobra cada año casi dos millones de vidas e infecta a una de cada tres personas en el mundo. La vacuna desarrollada a principios del siglo XX tiene una eficacia muy limitada y la bacteria es cada vez más resistente a los tratamientos antibióticos que permiten curarla. Por eso hay numerosos grupos de investigación que buscan, casi con urgencia, un fármaco realmente preventivo y en la carrera por conseguirlo acaba de aparecer un candidato firme.

Científicos del Instituto Howard Hugues, la Facultad Albert Einstein y de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, han desarrollado una nueva vacuna que consigue una protección potente. El fármaco enseña al sistema inmune a eliminar por completo la bacteria , aunque de momento estos buenos resultados solo se han obtenido en ratones. La investigación se presenta en la revista «Nature Medicine».

El fármaco se ha desarrollado con la cepa de una bacteria de la tuberculosis, modificada genéticamente, para que una vez inoculada sea incapaz de luchar contra la primera línea de defensa del sistema inmunológico. Pero con ese primer ataque, las defensas naturales del organismo desencadenan una respuesta inmune específica que le permite responder a futuras infecciones y así se genera una protección duradera frente a futuras infecciones.

Los resultados obtenidos en ratones son buenos, aunque no perfectos. Solo uno de cada cinco roedores mostraron una respuesta importante por lo que los investigadores son conscientes de que debe mejorar antes de pensar en utilizarla en humanos.

En estos momentos hay diez grupos de investigación más con diferentes vacunas en ensayo para combatir la tuberculosis. Una de las líneas abiertas pasa por reforzar la vacuna Bacille Calmette-Guérin (BCG), la que se desarrolló en 1925 y aún se utiliza. Se trataría de inocular cuatro antígenos a las personas que ya han recibido BCG para protegerlas de las formas respiratorias de la enfermedad. En esta línea también trabaja este equipo. «Hemos hecho ajustes a la vacuna actual», explicó William R. Jacobs, uno de los autores de la investigación.

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