Los animales y plantas se desplazan hacia las zonas frías y elevadas para huír del cambio climático más rápido de lo que se había estimado hasta ahora. También cubren más distancia, según Science.
En 2003, Camille Parmesan, de la Universidad de Texas (Austin, Estados Unidos) lideró un estudio que recopilaba las investigaciones realizadas desde 1999 sobre la cuestión. Chris Thomas, de la Universidad de York (Reino Unido), ha revisado los papeles publicados y ha incorporado más valiosos análisis, sobre todo los que compilan datos de la década 2000-2009, la más calurosa de la historia.
Las conclusiones de Thomas han demostrado que los organismos se mueven hacia las montañas una media de 12,2 metros por década (una velocidad dos veces superior a la calculada con anterioridad) y se alejan del ecuador 17,6 kilómetros por década (tres veces más rápido).
El científico se sorprendió al constatar que las especies se trasladaban unos 50-60 kilómetros de media para encontrar un hábitat medio grado más frío. «No existen diferencias entre los distintos grupos taxonómicos: las plantas lo hacen al mismo ritmo que los insectos y las aves no lo hacen más rápido que los mamíferos, por ejemplo», explica Thomas.
Un 22% de especies, entre las que se encuentra el escribano soteño o de garganta negra (Emberiza cirlus), toman la dirección opuesta, buscan áreas más cálidas, lo que evidencia que son más flexibles al cambio climático que otras, sugieren los autores del estudio.