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Los estudiantes chilenos ponen al Gobierno de Piñera contra las cuerdas

La manifestación de Santiago reunió ayer a más de 120.000 personas y se reprodujo en veinte ciudades

EFE

LIBIO PÉREZ

Desde hace casi tres meses, los estudiantes chilenos están en las calles reclamando profundos cambios en el sistema educativo. Se trata de una movilización que ha ido ganando fuerza y ampliando su convocatoria al tiempo que ha empujado al Gobierno del presidente, Sebastián Piñera, a una posición defensiva. Ayer, más de 120.000 personas marcharon por las calles de Santiago en una nueva jornada de protestas, que se reprodujo en más de una veintena de ciudades, mientras por la noche volvieron a retumbar las cacerolas como expresión del apoyo que reciben los estudiantes en sus demandas.

Un total de 39 personas (23 de ellos policías) han resultado heridas y 273 han sido detenidas en los altercados registrados al término de la marcha estudiantil en Santiago. Estos son los datos facilitados por el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, una vez se reunió en La Moneda (Presidencia chilena) con el director nacional de Orden y Seguridad Pública de Carabineros, general Aquiles Blu.

La jornada de «paro nacional» fue convocada por los estudiantes universitarios y de educación media, profesores y padres de los estudiantes, a los que se sumaron empleados fiscales, trabajadores del cobre y varios movimientos ciudadanos. Decenas de barricadas, que cortaron el tránsito de vehículos en varios puntos de la capital chilena. precedieron a la manifestación en la madrugada. La marcha de ayer en Santiago —que registró incidentes aislados con la policía— transcurrió en calma durante los casi 10 kilómetros autorizados por el gobierno.

El jueves pasado, el Gobierno prohibió dos marchas convocadas que debían pasar por la Alameda, la arteria principal de Santiago, lo que produjo enfrentamientos entre los estudiantes y la Policía militar durante todo el día, que más tarde derivaron en un fuerte «caceroleo» en más diez ciudades. Se trata de un tipo de manifestación que no se producía desde la década de los 80, bajo la dictadura del general Augusto Pinochet. La jornada del jueves terminó con casi mil personas detenidas. El domingo pasado, más de 100.000 personas se reunieron en uno de los principales parques de Santiago.

El sistema educativo chileno es una herencia de la dictadura de Pinochet, y mantiene elevadas tasas que impiden a los estudiantes con menos recursos acceder a la educación superior. Si quieren hacerlo, tienen que pactar varios años de alto endeudamiento.

Crisis de Gobierno

Piñera , que hace dos semanas tuvo que sustituir al ministro de Educación, p asa por sus más bajos índices de popularidad . La encuesta del Centro de Estudios Públicos indicó el jueves que el presidente mantiene apenas un 26 por ciento de respaldo , el más bajo que ha marcado un gobernante desde el retorno a la democracia en 1990.

«Sin duda, vamos a tener que hacer cambios muy grandes en nuestro sistema educacional, cambios a nivel de la Constitución para garantizar la calidad de la educación de nuestros niños y jóvenes», dijo Piñera el viernes, en un intento por atajar una movilización que sigue ganando fuerza y que le ha puesto —antes de la mitad de su mandato— en una posición muy débil.

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