entrevista con el presidente de cecam y fedeto, ángel nicolás
«Nunca pensamos que el anterior Gobierno debiera tanto a los empresarios»
«El Gobierno central ha sido corresponsable de la deuda de Castilla-La Mancha porque ha consentido que se gestione mal en esta región»
En sus cargos de presidente de la Confederación de Empresarios de Castilla-La Mancha (Cecam) y de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto), Ángel Nicolás García conoce de primera mano la situación económica de Castilla-La Mancha y no duda en asegurar que es «caótica». Pero reconoce que nunca hubiera pensado que la situación fuera tan grave, y se siente personalmente engañado por el anterior Gobierno regional que «nunca fue capaz de decirnos que no podía afrontar los pagos».
—Tras el cambio de gobierno en Castilla-La Mancha, la actualidad informativa se ha centrado en la situación económica y en lo que el nuevo Ejecutivo califica de «ruina». Desde el punto de vista empresarial, ¿están las cosas tan mal o, como asegura el PSOE, se está exagerando?
—La situación no puede ser más caótica, referido exclusivamente al mundo de la empresa, que es lo que me compete. Es lamentable. Lo curioso es que no lo hayamos sabido hasta ahora, aunque, por otro lado, puede ser normal que cuando se está en un puesto se procuren tapar las vergüenzas y cuando se va es cuando empiezan a aparecer las cosas. Ya veníamos diciendo que se debía mucho dinero a los empresarios, pero nunca llegamos a pensar que fuera tanto.
—Y ahora lo reclaman al nuevo Gobierno.
—Tenemos muy claro que no vamos a responsabilizar al Gobierno que tenemos ahora de una deuda que se ha generado en otra etapa. Lo que ocurre es que cuando llega alguien nuevo, la inmediata pretensión es decir a ver si éste que llega me resuelve mi problema en poco tiempo. De ahí ese nerviosismo que estamos viendo todos los días en prensa, de cada uno reclamando lo suyo. Tenemos la seguridad de que se está con ello y que se va a resolver más pronto que tarde. Pero el tiempo juega en contra de los empresarios y cuanto antes podamos resolver el problema mejor para todos.
—Mucha gente se hace la misma pregunta: ¿Qué hubiera ocurrido si el PSOE vuelve a ganar las elecciones?
—Hoy mismo le he hecho la misma pregunta al secretario general de Fedeto, Manuel Madruga. ¿Esto habría saltado?, ¿no habría saltado?, ¿cuánto tiempo más habríamos podido estar en esta situación? Porque llegaría el momento en el que cuando un empresario es demandado por un banco porque no paga, me imagino que la respuesta inmediata del empresario sería demandar a su vez al Gobierno porque no le ha pagado. Mientras la demanda del banco no se produzca, todo el mundo va resolviendo la situación como puede. En el momento en que empezaran a llegar de manera masiva embargos bancarios, propiciados porque el gobierno regional no les ha pagado, esa demanda rebotaría tarde o temprano. Pero nadie puede calcular qué tiempo más hubiéramos sostenido esta situación.
—¿Pero este aluvión de reclamaciones se hubiera producido si no hubiera cambiado el signo político de la Junta?
—Se venía produciendo ya, pero no era un debate público. Desde la organización empresarial hemos ido diciendo que si las administraciones pagaran lo que se les debía a las empresas se resolvería gran parte de los problemas de liquidez. Lo que ocurre es que ahora ese debate está en la calle, cuando alguien oye hablar de que se le debe dinero, el resto se suma a esa petición. Lo que sí sería poco conveniente es que se trate ahora de asfixiar a un gobierno que acaba de llegar, asumiendo unas responsabilidades financieras muy elevadas, pero que no ha causado, por lo que hay que tener mucho cuidado con la exigencia; se lo venimos diciendo a nuestros empresarios: Si hace un año que te deben, vas a tener que esperar unos meses más mientras se resuelvan las cuestiones.
—El consejero Portavoz echaba en falta que los empresarios no hubieran reclamado al anterior Gobierno todo lo que se les debe?
—En el último número de la revista de Fedeto hemos vuelto a reproducir una portada del año 2009 en la que ya reclamábamos el pago a la administración. Con la misma insistencia hemos reclamado a todos los gobiernos, en este caso sólo hemos conocido uno, pero siempre, en todas las reuniones, hemos pedido que paguen a sus proveedores; entonces parece que no preocupaba tanto, ahora preocupa a todo el mundo. Pero, insisto, este Gobierno no puede nunca interpretar que nuestras reclamaciones de pago van dirigidas a él, en absoluto le hacemos responsable de la deuda. Sí es verdad que son ellos los que van a tener que resolver el problema.
—¿Cree que ha sido acertado airear toda esta deuda?
—Para los mercados financieros no ha sido bueno, pero no se puede mentir sobre una situación que, día a día, los que la conocen van viendo que son cifras escandalosas. Yo no sé qué hubiera hecho en su lugar. En principio, la intención sería que no se conociera porque nos perjudica como región, pero ¿voy a asumir en silencio una deuda que me están diciendo que es de 400 millones de euros y ya la tengo cuantificada en 2.000? ¿Lo asumo en silencio para que mañana alguien me pueda decir que también mentí? Por un lado, lo sensato es decir lo que hay y, por otro, ponerse a trabajar de manera inmediata para buscar una solución. Hay que dar un mensaje de confianza, de que se está tratando de solucionar, y sólo podemos pedir, a quien llevamos años reclamando, que es al Gobierno de la nación, que deje de ser inoperativo y deje de poner palos en la rueda.
—¿Parte de culpa de esta situación la tiene el Gobierno central?
—Por supuesto. Un ejemplo es la reunión de hace unos días del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que fue frustrante. Que el Gobierno todavía no tenga claro que tiene que echar una mano a sus comunidades autónomas, cuando ha generado parte del problema, por no decir todo, me parece una gran irresponsabilidad. Ha sido corresponsable de la deuda de Castilla-La Mancha, porque ha consentido que se gestione mal en esta región. Tiene parte de la culpa, pero también tiene que poner parte de la solución.
—¿Y cómo se ha llegado al extremo de que una administración regional, en vez de ser una solución para el empresario, se convierta en el principal problema?
—Porque nos decían que siguiéramos trabajando, que ya nos pagarían y así se ha ido haciendo la rueda grande...
—Es decir, que les han engañado.
—Yo particularmente me siento muy engañado; los empresarios en general, si no engañados, con una frustración enorme, porque ninguno podía sospechar que pasara tanto tiempo hasta que se liquidara la deuda. Nunca han dicho que no nos podían pagar, sólo muy al final. Siempre diciendo «esto se arregla...», no sé si ellos también estaban engañados o no sabían lo que tenían entre manos o lo que estaban gastando, lo cierto es que al final el pato lo estamos pagando los proveedores de servicios.
—Parece que sus palabras no fueron muy bien entendidas cuando dijo que tenía la solución para agilizar los pagos.
—No es que tengamos la solución, sino que podemos aportar posibles soluciones a un problema y una de ellas, que ya hemos vivido, se produjo en el año 92, cuando el Ministerio de Fomento del entonces Gobierno de González debía a las empresas, sólo a las constructoras, cerca de cien mil millones de pesetas. Se estableció una fórmula de pago que era, para no tener que haber caja, un endoso y toma de razón de las certificaciones que los empresarios descontábamos en los bancos y, por tanto, la rueda seguía, es decir, quien asumía la deuda del empresario era una entidad financiera con la garantía del papel del Estado. Eso es lo que hemos propuesto, no es que tengamos la solución, es una fórmula; pero para eso se necesita un banco, o dos o diez.
—¿Hay una buena disposición de las entidades bancarias para ayudar al empresario?
—Ninguna, al contrario. Aunque hay que decir que un gran culpable de ello es el Banco de España que pone las condiciones para dar préstamos y las ha endurecido. Puede que haya entidades con ganas de ayudar a los empresarios, pero el Banco de España está marcando las condiciones.
—Y con la actual Administración regional. ¿Hay buen entendimiento a pesar de los malentendidos?
—Sí, seguro. Lo ha habido siempre. Pero cuando alguien llega a un gobierno con las arcas tan deterioradas, la susceptibilidad está a flor de piel y cualquier cosa que se diga se puede interpretar de dos maneras. Nosotros estamos para apoyar, para ayudar. Para cualquier empresario, la solución del endoso no es gratis, tiene un coste financiero muy elevado, pero estamos dispuestos a hablar del asunto. No hemos hecho una propuesta para que todo nos salga gratis, todo lo contrario, es un descuento comercial que hay que pagar.
—¿Pagar las facturas es prioritario?
—Es fundamental, porque si no no podemos pagar los impuestos. Hay una masa empresarial en Castilla-La Mancha que está con aplazamientos en la Seguridad Social y en los impuestos municipales, autonómicos y estatales. Y es fundamental cobrar para hacer frente a estos gastos.
—¿No se plantean las empresas un cambio de modelo de trabajo? ¿No hay una excesiva dependencia de la administración?
—No hay tanta dependencia como se podía pensar, pero se pone de manifiesto que cuando la administración no puede pagar, que es lo inusual, es cuando viene el problema. Pero ¿qué modelo vas a hacer si las administraciones públicas necesitan proveerse de servicios del exterior, de la empresa privada, porque además así se lo exigimos, para que sean más eficientes, más baratos?. No nos parece mal trabajar para el Estado, lo que no es de recibo es que no pague.
—¿Qué es lo que se le puede pedir ahora al Gobierno regional?
—Primero hay que dejarlo actuar. Los cien días tienen que pasarlos sin que nadie les moleste, y si fueran más tampoco pasaría nada, porque les toca la peliaguda tarea de resolver un problema que no han creado, pero ahí está. Que sea imaginativo, que nos consulten las veces que haga falta, porque como organización empresarial llevamos muchos kilómetros y años recorridos y muchas crisis a nuestras espaldas y podemos tener soluciones imaginativas; que nos escuchen, que dialoguemos, y que hay soluciones sin necesidad de tener dinero para poder financiar. Pero esto pasa también porque el Gobierno de la nación eche una mano, si no lo hace, esta Comunidad no va a poder asumir un euro más de deuda y vamos a seguir en las mismas.
—Precisamente hay un gran enfado en la Junta de Comunidades con la ministra Salgado porque se ha negado a reunirse para conocer el problema de Castilla-La Mancha.
—Tengo que recordar que la ministra Salgado le dijo a María Dolores de Cospedal que no se reuniría con ella para ver facturas, porque para eso están sus técnicos, que se reuniría para otra cosa. Y digo yo, qué problema más importante tiene una Comunidad, con 2.000 millones de euros de deuda a miles de empresas. ¿Es que eso no le preocupa a nuestra ministra de Economía?, ¿qué le preocupa si no es que a los empresarios de este país se les debe más de 40.000 millones de euros? Entonces, para qué está.
—Visto cómo está el panorama, parece ser que todos los pactos firmados en la anterior legislatura se quedaron sólo en la foto.
—Los empresarios no podemos decir que no hayamos conseguido ningún logro. Si no hubiéramos firmado el Pacto por Castilla-La Mancha habría una comisión creada para analizar cada ERE que presenta un empresario en la región —aunque los EREs no sólo los presentan los empresarios como estamos viendo últimamente— y en esa comisión hubiera estado sentada una persona de Izquierda Unida, un comunista para los empresarios, y bien es sabido que nos llevamos bastante mal con los comunistas, porque son conceptos antagónicos. Y si no estuviéramos en el Pacto ese señor estaría analizando la viabilidad o no de una empresa. ¡Un partido político analizando la viabilidad de una empresa!
—Pero, ¿se llevaron a cabo algunas de las peticiones que formularon?
—Se hizo una importante reducción del gasto corriente, porque lo exigimos; se comprometieron a no subir los impuestos y se llevaron a cabo 2.300 millones de euros en inversiones, si bien es cierto que no se han pagado, pero se hicieron. Con ese ejercicio de responsabilidad teníamos más que justificado firmar el Pacto.
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