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Encuentros en la tercera fase de refinanciación... a ladrillazo limpio

las grandes empresas promotoras se reúnen todos los lunes al sol, cada quince días, para unir fuerzas y buscar medidas de presión contra las entidades de crédito

josé antonio navas

Un grito de guerra o, si se prefiere, un quejido de desahogo se ha empezado a escuchar en los mentideros del sector inmobiliario, especialmente dentro del entorno de esas compañías que antes se definían por su excelencia y ahora se muestran desheredadas de la tierra y esclavas de la gran banca: «Vámonos juntos a Plaza de Castilla y ya veréis que pronto se acaba todo esto» alardeaba en tono desafiante Félix Abánades , presidente de Quabit, antigua Astroc, en uno de esos almuerzos de viejas glorias que, a pesar de los pesares, siguen celebrando cada quince días los últimos emperadores del ladrillo.

Las reuniones del antiguo G-14 se han convertido en una terapia de grupo orientada con la intención de aliviar los dolores crónicos de espalda que sufren sus integrantes después de sentarse y levantarse a renegociar una y otra vez sus multimillonarias deudas financieras. De momento nadie ha dado con el analgésico oportuno y algunos están pensando acudir a otras medidas quirúrgicas, con o sin anestesia, que hagan ver a los bancos lo mucho que curte el sufrimiento de tantos lunes al sol.

Los Rafael Santamaría , Carlos Cutillas , Xabier Solano y demás componentes de la lista que preside el ex secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez , se juntan por lo menos un par de veces al mes y siempre a principios de semana con la confianza de que alguna vez Emilio Ontiveros les alumbre un poco de luz a partir de los estudios de situación y prospectiva que la consultora AFI viene realizando sobre el mercado inmobiliario. La calidad y rigor de los documentos justifican de sobra la cuota mensual de 2.000 euros que apoquinan cada uno de los socios pero tampoco han contribuido mucho a encender siquiera una pequeña chispa de esperanza porque las empresas están que lo tiran y ni así hay forma de colocar un piso.

El desplome inmobiliario no ha terminado aún, ni mucho menos

La insistencia del ministro José Blanco en presentarse como el salvador justiciero del sector no se conjuga con las estadísticas que ofrece su departamento porque los últimos datos del Gobierno demuestran a las claras que el desplome inmobiliario no ha terminado aún, ni mucho menos, en España. A lo largo del pasado año sólo se han vendido 500 casas nuevas, una cifra ridícula si se tiene en cuenta que los precios han caído un 20% desde 2007, cuando se empezaron a ver las orejas al lobo de la crisis.

El túnel e stá tan oscuro o más que hace cuatro años y las grandes promotoras tienen que pasar otra vez por boxes para repostar nueva financiación si quieren seguir vivas en su diabólica travesía por el desierto. Es la enésima parada de una carrera desarrollada en sucesivas etapas que ocultan profundos barrancos bajo la apariencia de falsos espejismos. Los primeros y más onerosos avituallamientos tuvieron lugar durante el periodo 2007-08 pero poco después hubo que volver a llamar a la puerta de los bancos en busca de fondos frescos para el bienio 2009-10. Lo mismo da que da lo mismo porque donde no hay harina todo es mohína y las empresas empiezan a sentirse como atrapadas en un alambre de espino que cuanto más te mueves más te desgarra.

Martín se ha convertido en el hombre a seguir, toda una referencia tras superar la suspensión de pagos

Los encuentros en la tercera fase de refinanciación se están produciendo ahora en algunas de las más ilustres marcas del sector, como son Reyal, Quabit, Hercesa o Restaura, sin contar los casos de Metrovacesa o Colonial que sobreviven desde hace un tiempo bajo control accionarial de sus antiguos bancos acreedores. Pero los más susceptibles empiezan a preguntarse si no será mejor una vez colorado que ciento amarillo recordando la experiencia de Fernando Martín con el procedimiento concursal de Fadesa. El empresario vallisoletano se ha convertido en el hombre a seguir, toda una referencia en el sector después de haber superado la más importante suspensión de pagos de la historia corporativa de España.

La batalla de Martinsa con las entidades financieras y la consecución de un convenio mucho más favorable para los intereses de la empresa ha enardecido los ánimos de otros colegas que se muestran cada vez más resentidos de tanto doblar el espinazo. En el mercado inmobiliario están hartos ya de estar hartos y consideran que la única forma de jugar fuerte la partida es pasando por los tribunales. La medida que se discute apunta a una demanda por abuso de posición dominante contra las entidades de crédito más reputadas del país, que sólo dan hipotecas para sacar a la venta los activos inmobiliarios que acumulan en sus propios balances. Bancos y cajas tienen embalsados más de 75.000 millones de euros en ladrillos y no dan un crédito a nadie que venga con una oferta de la competencia. Si el mercado no arranca pronto las promotoras están condenadas al fracaso porque sus prestamistas son precisamente sus más directos rivales. Como diría Alfredo P. Rubalcaba , en este país a la banca siempre se le ayuda y siempre gana.

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