ABC CULTURAL / LIBROS
La gran ola japonesa
Este año, las mesas de novedades españolas se han dejado inundar por el «tsunami» de la literatura nipona, de la que Haruki Murakami es uno de sus grandes nombres. Pero hay más
Andrés ibáñez
Resulta curioso constatar que mientras en el restro del mundo los best sellers cuentan, por lo general, historias extrañas, macabras o alucinantes, en Japón los libros que más éxito alcanzan parecen ser aquellos que describen las menudencias de la vida doméstica . ... Uno de los grandes éxitos de la última literatura japonesa es, por ejemplo, La fórmula preferida del profesor , una maravillosa novela de Yoko Ogawa que trata de la relación de un viejo profesor de matemáticas aquejado de amnesia, su señora de la limpieza y el hijo adolescente de esta, que dio origen a un manga , una serie televisiva y una oleada de furor por el estudio de las matemáticas.
Amor puro
Recordemos que la novela de Haruki Murakami de más éxito en Japón es Tokio Blues , la más costumbrista, la más sentimental y, francamente, la más aburrida de sus novelas. Pero el éxito de Tokio Blues fue ampliamente superado hace unos pocos años por Un grito de amor desde el centro del mundo , de Kyoichi Katayama, historia de amor enormemente sentimental que dio origen a un manga , una serie televisiva y una película, y se convirtió en el libro japonés más leído de todos los tiempos.
Comencemos, pues, con Katayama , nuestro recorrido, necesariamente parcial y sesgado, por lo último de la literatura japonesa. Digamos que el éxito de Un grito de amor desde el centro del mundo dio lugar a una especie de movimiento en Japón (me resisto a llamarlo movimiento «literario») llamado «amor puro» . «Amor puro» quería decir historias sentimentales, delicadas, llenas de ternura, protagonizadas por seres cuasi angelicales que nos hacen recordar ese resurgimiento del «amor angelical» del que habla Philippe Ariès en su Historia de la vida privada y que tuvo lugar en Europa a mediados del siglo XIX.
El trabajo de Kyoichi Katayama dio lugar al movimiento literario «amor puro»
En El año de Saeko (Alfaguara), su nueva novela, Katayama ha querido poner algo de acíbar en su azúcar y nos cuenta una historia más compleja y turbadora , en la que una pareja de vida prodigiosamente tediosa y rutinaria (desde la perspectiva de este lector, aunque no creo que fuera esa la impresión que quería causar el autor) llena de coladas y desayunos minuciosamente descritos, ve su idilio doméstico roto cuando la hermana de la esposa le pide que haga de madre del hijo que ella no puede tener mediante inseminación artificial. El resultado es insoportable y cursi, una desesperante sucesión de vaciedades .
Diálogos muy picados
Katayama ha querido desligarse del movimiento «amor puro», mientras que Takuji Ichikawa nos cuenta que «se vio arrastrado» por él. Después de publicar sus ficciones en internet con bastante éxito, Ichikawa escribió Separación , que se convirtió en un best seller , y a continuación Sayonara, Mio (Alfaguara), un éxito rotundo. Se preguntarán ustedes si Sayonara, Mio dio también origen a un manga , una serie de televisión y una película. La respuesta es afirmativa. Se preguntarán también si Sayonara, Mio es tan ñoña y sentimental como las ficciones de Katayama. La respuesta es que probablemente lo sea todavía más.
La novela «Sayonara, Mio» de Takuji Ichikawa es ñoña y sentimental
La novela está toda constituida por diálogos muy picados y cuenta una historia de amor en que la mujer, Mio, es un fantasma. Una literatura que quiere ser tan delicada, tan frágil y tan poética, que acaba siendo vacua e insignificante . Ichikawa declara que Sayonara, Mio se trata de una obra autobiográfica y que «nunca ha sido su intención escribir para un grupo restringido de lectores». Y uno no sabe qué es lo que le causa más estupor, si la ingenuidad del novelista (que cree que su libro es realmente muy raro y especial) o su ignorancia del aspecto que tiene la verdadera literatura.
Pero no es para ponerse trágico, porque verdadera literatura la hay en Japón en abundancia . Por ejemplo, la nueva novela de Yoko Ogawa , La niña que iba en hipopótamo a la escuela (Funambulista), un maravilloso relato de amistad y aprendizaje (la protagonista es una niña que va a pasar un año con sus tíos) en el que Ogawa, una autora dotada de todas las virtudes clásicas de la ficción japonesa (elegancia, humor, delicadeza, gusto por los detalles, imaginación, capacidad evocativa), crea para nosotros un mundo de misteriosa belleza e inolvidables imágenes alrededor de una rica familia que vive en una mansión situada en los terrenos de un antiguo parque zoológico.
Cuentos tristes
Al lado de Yoko Ogawa, los relatos de la propia Banana Yoshimoto parecen desconcentrados y sin hilazón. El último libro de Yoshimoto, Recuerdos de un callejón sin salida (Tusquets), es, según declaración de la autora, el libro suyo que más le gusta y más le enorgullece. Se trata de una colección de cuentos tristes , incluso muy tristes, pero fíjense que está dedicada «al maestro Fujiko F. Fujio », que es el dibujante de manga creador de la serie Doraemon , que tan importante parece ser para nuestra autora.
Hay que destacar también Paprika, de Yasutaka Tsutsui , una enloquecida novela publicada por Atalanta dentro de su programa de recuperación de este interesantísimo autor, en quien podemos ver, quizá, el origen del lado más fantástico de Haruki Murakami, no solo por el interés de Tsutsui por la ciencia ficción, sino también por la forma en que Tsutsui, fuertemente influido por el psicoanálisis junguiano, se adentra en las profundidades de la psique para buscar el fermento de sus historias. Y esta historia, aparecida en 1993, no puede ser más interesante.
La doctora Atsuko Chiba , del Instituto de Investigaciones Psiquiátricas de Tokio y candidata al Premio Nobel, tiene que desdoblarse en una especie de avatar llamado Paprika para penetrar en los sueños de sus pacientes . Novela, pues, de los sueños, de las profundidades de la mente, de la construcción de onirias artificiales, de la manipulación de la realidad. Novela loca, irreverente, llena de momentos kiogen (explica Fernando Iwasaki en su introducción), en que los personajes hacen cosas absurdas y se rompe completamente la lógica narrativa . Y, desde luego, diversión asegurada.
El estilo de «Grotesco», de Kirino, es plano: no tiene detalles, ni ritmo, ni prosa
Y dos oscuros. Natsuo Kirino dio mucho que hablar con su novela Out, macabra, negra, violenta, y ahora nos ofrece en Grotesco (Emecé) un cóctel similar, aunque el ritmo de esta novela, llena de flashbacks y rememoraciones de la infancia, no es precisamente el del clásico thriller. La novela cuenta la vida de dos prostitutas, Yuriko y Kazue, que resultan (pero esto seguro que ustedes ya se lo esperaban) brutalmente asesinadas. Un estilo plano, y más que plano inexistente, donde no hay climas, ni imágenes, ni detalles, ni caracterizaciones, ni ritmo, ni prosa ninguna en ninguna de las acepciones que pueda dársele a esta palabra, y donde de una casa se nos dice, por ejemplo, que es una «casa», y de un lago que es «un lago». Y todo esto contando con que Natsuo Kirino tiene una amplia obra a sus espaldas (veintiuna novelas) y un montón de premios.
Vueltas de tuerca
Mucho mejor es «el otro Murakami», Ryu Murakami, del que también acaba de traducirse otra extensa novela,Los chicos de las taquillas (Escalera). Murakami (Ryu) es un escritor con evidentes lazos con la literatura posmoderna americana, y tiene una inmensa imaginación. Uno se pregunta de dónde pueden salir tantas cosas, tantos detalles, tantas imágenes, tantas vueltas de tuerca como las que llenan las páginas de su libro, que en su densidad a veces nos recuerda al estilo narrativo clásico o de los inicios ( Defoe , por ejemplo), donde el narrador no pretende imitar el tempo de la realidad como Tolstói o Hemingway , sino narrar, contar, con gusto y elocuencia.
En la nueva ornada nipona, hay de todo, para todos, mucho de todo y muy bueno para elegir
Su nueva novela se inicia con una imagen verdaderamente chocante , una mujer lamiendo el pene de un bebé , y cuenta la vida de dos huérfanos, Hashi y Kiku, abandonados por sus madres respectivas en las taquillas de una estación de tren. Escenarios de pesadilla, personajes extravagantes, vidas fantásticas . Una muchacha llamada Anémona cuya mascota es un cocodrilo de dos metros. Una zona en el centro de Tokio llamada «Toxicentro» (este es un viejo tema de los mangas desde Akira), cerrada por las autoridades y convertida en paraíso de delincuentes y drogatas.
De modo que hay de todo para todos y mucho de todo, y muy bueno donde elegir . Podríamos decir, incluso, a la vista de tanto talento, y dejando a un lado esas incursiones en el kitsch sentimental a que hacíamos referencia más arriba, que la literatura japonesa vive un momento brillante . Ciertamente, y aunque todos sigamos a la espera de la última parte de 1Q84 , la literatura japonesa no es solo Haruki Murakami .
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