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Vigilancia policial en las ocho piscinas más conflictivas de Madrid

Una pareja de municipales acudirá, al menos, una vez por la mañana y otra por la tarde

Vigilancia policial en las ocho piscinas más conflictivas de Madrid efe

JAVIER ROYO

Veinte agresiones graves, alguna con armas de fuego, y robos frecuentes crearon un clima perenne de inseguridad el verano pasado en algunas de las piscinas municipales de la capital.

Tras las constantes denuncias de los sindicatos y los medios de comunicación, el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha, el pasado 1 de julio, un operativo especial para reforzar la seguridad y prevenir sucesos de esta naturaleza.

Dichas actuaciones están integradas en la Operación Verano , destinada, hasta el 30 de septiembre, a incrementar la seguridad en la ciudad para tranquilidad de turistas y residentes.

El plan hará efectivo el protocolo contra la violencia en instalaciones deportivas firmado con los sindicatos el pasado 9 de febrero. Este acuerdo obliga a que una pareja de la Policía Municipal de la comisaría más próxima al recinto haga acto de presencia, al menos, una vez por la mañana y otra por la tarde. «Esta es la medida más efectiva para disuadir a los vándalos. La seguridad privada no cuenta con todos los medios y no logra frenar los actos delictivos», indica Eulalio Hernández, delegado de prevención de UGT.

Esta cuestión la venía reclamando su sindicato desde hace tiempo. «Antes, la Policía siempre acudía al notificarle una agresión y nosotros siempre hemos apostado por la prevención. Es triste haber tenido que esperar a que se cometan las agresiones para que esta medida se cumpla», se lamenta Eulalio.

Las piscinas que tienen vigilancia policial son las de Aluche, Orcasitas, San Fermín, Palomeras, La Elipa, Moratalaz y Vicálvaro. Según fuentes del Ayuntamiento en algunas de las más conflictivas, como Palomeras, la Policía pasará dos veces en cada turno.

Otra de las medidas que se está llevando a cabo es la presencia de mediadores socioculturales en los recintos. Estas personas pertenecen a la misma etnia o nacionalidad que muchas de las personas que acceden a la instalación. La razón es que al tener cierta proximidad con ellos su intervención puede ser más efectiva.

La ultima actuación, que por la situación económica actual ha quedado en suspenso, es la reforma de las instalaciones . La medida más prioritaria es aumentar la altura de las vallas que cercan los recintos, para que no puedan escalarse y evitar que entren personas furtivamente, señalan desde el Consistorio.

Golpes y amenazas

Desde los sindicatos y el Ayuntamiento no tienen constancia de ninguna agresión desde la entrada en vigor del operativo especial. Antes de adoptar esta medida, ocurrieron tres incidentes graves durante este año.

El 28 de mayo varios empleados fueron agredidos cuando trataban de mediar en una disputa entre dos usuarios de la piscina de San Fermín, en el distrito de Usera.

El 16 de junio, en Orcasitas, las víctimas fueron dos vigilantes de seguridad. El tercer incidente se produjo en la piscina de Entrevías, el pasado 21 de junio.

Los socorristas de la piscina recibieron golpes y amenazas por parte de los familiares de una niña de 5 años mientras le estaban reanimando tras quedar ésta inconsciente en el agua. Comparado con el año anterior, “si la temporada acaba con estos datos habrá sido un éxito”, señalan desde el sindicato.

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