Hazte premium Hazte premium

Apoteosis Foo Fighters

La banda norteamericana regresa a España tras 9 años para presentar su nuevo disco en un monumental concierto de tres horas que dejó a más de uno con la boca abierta

Apoteosis Foo Fighters ÁNGEL DE ANTONIO

J. M. SÁNCHEZ

A lo largo de esta última década muchos grupos han tratado de alzarse como conductores de  la esencia del rock más actual . Sin conseguirlo la mayoría; unos dando pequeños lametones y, otros, pasando de puntillas como si la cosa no fuera con ellos.

Como siempre acabamos hablando de si este género está más muerto que vivo, llegan luego los maduritos Foo Fighters , que ya tienen una corta trayectoria -nótese la ironía-, para echar por tierra cualquier teoría apocalíptica.

Se les conoce, no se engañen. Son directos, clásicos, contundentes. Están de vuelta de todo. Son unos obreros del rock. Trabajadores insaciables. Ah, y tampoco son de esa clase de «modernos» que aparecen cada semana y cada semana perecen entre la nada.

Pero la secuencia cambia cuando surgen a escena. La banda americana, liderada por el cuarentón Dave Grohl -los más mayorcitos se acordarán de la batería de Nirvana-, dieron un golpe en la mesa con una verdadera descarga de adrenalina en un concierto antológico en el Palacio de los Deportes de Madrid donde se presentó su nuevo álbum  «Wasting Light» , con el que llegaron con nuevos temas debajo del brazo para seguir aspirando a ser los nuevos reyes del rock.  

Había mucha expectación, muchas ganas, y más desde que los de Dave Grohl condenaron a sus seguidores españoles a nueve años de sequía innecesaria. Mientras cada uno hacía cábalas con los temas que descargarían al inicio, llegaron los «Foo» para ponerlo todo patas arriba gracias a un cóctel de eficacia y precisión, que fue sorprendiendo desde la subida del telón. 

Verlos en plena apoteosis tapa muchas bocas. De eso no hay duda. Si alguien, por un mísero instante, en la lejanía inconsciencia, se le había pasado por la cabeza dudar de que son una gran banda no tiene más que acercarse a comprobar de primera mano la energía que explotan en sus conciertos. Será como un guantazo en la cara. Solidez y contundencia como pilares. Los de Seattle, brillantes y disciplinados, demuestran ser una banda con carácter y peleona.

Caña máxima con «Brigde Burning» y «Rope»

Pese a un comienzo desordenado musicalmente hablando -faltaba algo de ajuste y ecualización-, caña máxima con «Brigde Burning» y «Rope» para caer, quizá antes de tiempo, «The Pretender». Con el sonido mejorado, fueron desgranando sus grandes clásicos como «My Hero», con un Dave Grohl en la tarima central arengando a las masas. «¿Cuántos han venido a un concierto de los Foo Fighters antes?», espetó antes de descargar «Learn to fly».

Con «White Limo», con el que veíamos conducir al mismísimo Lemmy, fue el desfase. Y, de nuevo, una del último disco: «Arlandria». Pero no faltaron sus grandes clásicos como «Breakout» y «Cold Day in the Sun Play». Para el final fueron dejando «Dear Rosemary» y «Monkey Wrech» que siguió al grito futbolístico de «Campeones» antes del colofón final con un demoledor «These Days» -un regalo para los fans- y «Best of you».

Y como el viejo truco del rock and roll así lo exige Grohl volvió aparecer para dejarse llevar por una preciosa «Wheels». Sopresón final con una versión de uno de los grupos predilectos del carismático líder (Queen, «Tie Your Mother Down») antes de poner el broche final a tres horas de actuación con «Everlong».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación