Abriendo el baúl de los recuerdos

Hubo un tiempo en que no había grupos de música, o al menos eran pocos los que alcanzaban la popularidad de solistas como Elvis Presley o dúos como los Everly Brothers. De esa lejanísima época que son los 50 vienen las primeras tonadas del Dúo Dinámico, canciones que coparon las radiofrecuencias españolas hasta la llegada de los llamados conjuntos , una revolución estética que cambiaría el panorama musical para siempre.

Pasó su época dorada, pero nunca se fueron del todo. De hecho, su repertorio nunca ha dejado de sonar en guateques del más variado pelaje, y nadie cuestiona el impacto de sus composiciones, enmarcadas en un imaginario melódico dotado de un poderío emotivo difícilmente igualable.

Ahora están celebrando sus «50 años de trayectoria». Es lo que tiene hacerse mayor, que te quitas años de encima. Porque en realidad han pasado ya 54 desde que esos chicos se presentaran por primera vez como The Dynamic Boys en una programa de Radio Barcelona en 1958. Ayer comparecieron en el Escenario Puerta del Ángel como ese Dúo Dinámico que goza de un pequeño hueco en la memoria de todos, y abrieron el baúl de los recuerdos transportando a gran parte del público a los mejores años de su vida. Y no sólo lo hicieron con canciones, pues Manuel y Ramón hicieron gala de su condición de show-men con divertidos intermedios en los que rememoraron anécdotas de la época en que fueron escritas.

Arrancaron con «Resistiré» para levantar a la audiencia desde el minuto uno, y el baile se apoderóa de la pista bajo las gradas. «Yo me voy para abajo», decía algún veterano que no pudo resistirse a bailar el twist una vez más. «Amor de verano», «15 años tiene mi amor», todo lo que sonaba estaba escrito a fuego en la memoria de los presentes, que no pararon de hacer coros al dúo. «Nuestras canciones sirvieron a muchos para conocerse, para enamorarse. Son canciones que afortunadamente no pasan de moda», dijo Manolo. Su amigo Ramón también recordó sus primeras actuaciones «en el Rex o el Circo Price», y sus intentos de «participar en Eurovisión, cosa que nunca conseguimos». Para quitarse la espinita, interpretaron «Esos ojitos negros», a la que siguió un «Tú vacilándome , y yo...» con la que recordaron sus actuaciones en el Teatro Maravillas, «con El Zorro, ¿se acuerdan de él? Íbamos contratados por Torrebruno, que al final se deshizo de nosotros porque nos aplaudían demasiado y estaba celoso», bromeó Ramón.

Clasicazos como «Quisiera ser» «Lolita Twist» o «Somos jóvenes» se mezclaron con composiciones que quizá debieran haberse guardado para ellos mismos, como «Soy un truhán, soy un señor» o «La, la, la», en un concierto inundado de nostalgia, que sin embargo terminó con un bis de su tema más actual, ese «Resistiré» que ahora necesitamos más que nunca.