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La primera imagen del candidato Alfredo

«Mi deber es defender el apellido paterno. Mi padre no me lo perdonaría», dijo en su día el candidato del PSOE. Un año y medio hace de aquello y ya, al parecer, Pérez sólo defiende la P.

La primera imagen del candidato Alfredo

Álvaro martínez

Con la c alva cortada, corbata y camisa de rayas, algo ojeroso y con cierta holgura submaxilar (vulgo, papada suelta)... La Secretaría de Organización del PSOE ha elaborado la primera imagen de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato socialista a la Presidencia del Gobierno , en este caso con el fin de convocar a la militancia a su acto de proclamación como líder electoral del partido que tendrá lugar en Madrid el próximo día 9.

Para la ocasión, Ferraz no ha acudido a agencia de publicidad, márketing político o comunicación alguna sino que ha optado por un trabajo casero que aporta, no obstante, algunas pistas de lo que podría ser un bosquejo de la futura marca electoral del candidato y las ideas fuerza que la inspirarán.

Igual que José Luis Rodríguez Zapatero quedó hipercomprimido en la siglas ZP (exitoso invento hoy convertido ya en arqueología política, al igual que la famosa «zeja»), el PSOE ha apeado el Pérez al vicepresidente, sustituyéndolo por una escueta P. Quedan, sin embargo, bien evidentes el Alfredo (nueva denominación con la que el ministro cree que aporta cercanía) y el Rubalcaba de siempre, genérico por el que se le conoce desde los tiempos de la escuela y el atletismo.

Los diseñadores del tarjetón no parece que hayan sometido a la imagen a un especial centrifugado con el fin de rejuvenecer al protagonista. Si lo perseguían, desde luego, han fracasado de plano, pues la primera foto del Alfredo P. candidato es la de una persona con el peso de los años en el rostro y con la barba tan encanecida que ya son muchos más los pelos blancos que los grises. De los otros pelos de la cabeza, ni rastro, aunque el oportuno encuadre de la imagen evita el ralo panorama piloso craneal.

Y todo ello sobre un fondo rojo, donde también aparecen las siglas del partido y su histórico logotipo: el puño y la rosa.

Cabe recordar que cuando surgió la polémica sobre las nuevas normas de prevalencia de los apellidos en el Registro Civil, en caso de disputa entre los padres, el vicepresidente bromeó al asegurar que había leído que su apellido «es de los que están en peligro de extinción, que no es Rubalcaba, sino Pérez. Mi deber es defender el apellido paterno. Mi padre no me lo perdonaría». Un año y medio hace de aquello y ya, al parecer, Pérez sólo defiende la P.

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