Todo preparado para la gran boda de Alberto y Charlene
Falta solo una semana para la segunda gran boda real del año. Y según las informaciones que llegan desde el Principado de Mónaco, ya está todo listo para que el Príncipe Alberto II y su prometida, la ex nadadora olímpica Charlene Wittstock, se digan oui, je veux, o lo que es lo mismo, «sí, quiero». Los organizadores del evento han prometido una fiesta popular en la que los monegascos tendrán un papel muy especial.
Tras la ceremonia civil, que se realizará el viernes, la pareja real saludará desde el balcón del Salón de los Espejos del Palacio «Magnífico», residencia oficial del Príncipe, y ofrecerá un cóctel para todos los ciudadanos del pequeño país. Por la noche, los monegascos también podrán disfrutar de una recepción en plein air en el puerto y de un concierto en el magnífico Port Hercule a cargo del músico francés Jean-Michel Jarre.
El sábado será el turno de la ceremonia religiosa. Los novios han escogido el patio de honor del palacio y no la Catedral de San Nicolás como escenario para el enlace. Ya princesa, Charlene dejará su ramo en la Iglesia de Sainte-Dévote, una capilla dedicada a la Santa Patrona del Principado y a la Familia Principesca. Los festejos continuarán hasta la noche, con la cena oficial en los salones estilo «Napoleón III» de la Ópera Garnier y el baile y los fuegos artificiales en las terrazas del mítico casino de Montecarlo. Un broche de oro a la medida de una boda con grandeur.
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