Irán y Cuba alientan una nueva oleada de periodistas en el exilio

El gobierno iraní, por su parte, lleva dos años cercenando las voces independientes, en su intento de evitar la reconstitución del movimiento reformista que hizo tambalearse el régimen teocrático en 2009. En el último año, son también 18 los periodistas iraníes que han tenido que salir de su país.

«Los periodistas no deberían tener que salir corriendo para salvar su vida como consecuencia de su trabajo . Para quienes huyen de sus países, la posibilidad de ser torturados en la cárcel, secuestrados o asesinados es un peligro claro e inminente», ha destacado Elisabeth Witchel, consultora del CPJ para los refugiados y autora del informe, durante su presentación el lunes por la tarde en Londres. «Muchos casos exigen procesos de reubicación acelerados y mejores respuestas de las embajadas, porque los periodistas en peligro por su trabajo son muy vulnerables», asegura, tras referirse a varios casos de periodistas africanos y latinoamericanos que no fueron atendidos con la debida diligencia por consulados y embajadas europeas y de Estados Unidos a las que acudieron para solicitar asilo.

La prisión, o la amenaza de cárcel, es el motivo citado en el 82 por ciento de los casos catalogados de periodistas forzados a abandonar sus países de origen durante el período examinado por el CPJ, que va del 1 de junio de 2010 hasta 31 de mayo de 2011. Otro 15 por ciento se exilió después de sufrir ataques físicos o amenazas de violencia.

En la última década, al menos 649 periodistas han salido de sus países hacia el exilio debido a las presiones que recibían en sus países, según los datos recopilados desde 2001 por el grupo de defensa de la libertad de prensa. El 91% de estos periodistas no ha podido regresar a su país de origen, según denuncian. Cinco países -Etiopía, Irán, Somalia, Irak y Zimbabwe- son responsables de casi la mitad del total de periodistas expulsados de sus países en la década pasada.

«Me siento inseguro porque aquí no hay nada para nosotros», explica en el informe el reportero cubano Víctor Rolando Arroyo Carmona, de 59 años. Rolando forma parte del grupo de disidentes que fue enviado a España en julio de 2010, donde desde entonces intentan prosperar, sin mucho éxito. «Nosotros ni siquiera tenemos nuestros diplomas profesionales», explica: «Vivimos en un limbo» .

Alireza «Kambiz» Shabankare, de 37 años, escritor, fotógrafo y bloguero iraní, trabajaba en Afganistán el año pasado cuando su madre lo llamó desde su casa en el norte de Teherán. «Ella me dijo que no fuera para allá. La policía estuvo en el departamento buscándome», explica en el informe del CPJ. El joven periodista, que había pasado por la cárcel en varias ocasiones por su trabajo para medios independientes u opositores en Irán, regresó a su casa justo cuando se recrudeció el año pasado la situación para la oposición. «Todas las personas arrestadas van a estar más de seis años en prisión, tal vez 10 años, o incluso pueden ser ejecutados», asegura Shabankare al CPJ. Viven exiliado en Estambul desde el año pasado.