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Samantha Cristoforetti, astronauta y piloto de combate

«En el espacio, el más leve movimiento puede enviarte muy lejos»

La única mujer astronauta en activo de la Agencia Espacial Europea (ESA) se entrena en los vuelos de gravedad cero para realizar algún día su primera caminata espacial

«En el espacio, el más leve movimiento puede enviarte muy lejos» A. Le floc'h

judith de jorge

Samantha Cristoforetti, italiana de 34 años, puede presumir de ser la única mujer astronauta en activo de la Agencia Espacial Europea (ESA). Con un curriculum impactante -es también piloto de combate de las fuerzas armadas de su país y habla cinco idiomas-, fue elegida en 2009 junto a otros cinco candidatos entre casi 8.500 solicitudes. Ha participado en los vuelos de microgravedad como entrenamiento para cuando por fin viaje al espacio.

-¿Para qué le sirve a un astronauta un vuelo como éste?

-Para habituarse a la utilización de herramientas en un paseo espacial, y acostumbrarse a la orientación y a los cambios de posición del cuerpo en microgravedad. También para participar en la operación de un experimento, porque es algo que tenemos que hacer en el espacio.

-¿Es muy complicado contolar el cuerpo en gravedad cero?

-En la Tierra tienes un punto fijo, pero en el espacio tu cerebro tiene que adaptarse. Cualquier pequeño movimiento puede llevarte más lejos de lo que creías.

-¿Existe otra manera de obtener la misma experiencia?

-Bueno, ésta es la auténtica microgravedad, pero el problema es que solo dura 22 segundos por parábola (11 minutos por vuelo), mientras que las caminatas de los astronautas pueden durar más de ocho horas, así que utilizamos piscinas muy profundas -hay una en el Centro de Astronautas Europeo en Colonia y otra mayor en Houston- donde tenemos réplicas de laboratorios de la estación espacial y podemos realizar un entrenamiento completo. Eso es lo más parecido que podemos hacer.

-Pero no es lo mismo...

-No, claro, pero es aún más difícil, por el peso del cuerpo y el rozamiento del agua. No solo es una demanda física, sino mental, porque son muchas horas bajo el agua. Un astronauta experimentado ha podido pasar 200 horas en esta piscina.

-¿Tuvo que pasar pruebas muy duras para ser seleccionada en la ESA?

-No hay nada extraordinario. No subimos montañas ni luchamos contra fuegos, como sí ocurre en otros procesos de selección, como el canadiense. No somos superhumanos. La agencia busca la persona más adecuada para hacer un trabajo concreto, pero la dificultad es que dura un año y tuve que mantenerme concentrada en las pruebas, hacerlas todas bien, al mismo tiempo que me preparaba para ser piloto de combate.

-Además de las simulaciones de microgravedad, ¿qué otros entrenamientos reciben?

-Durante los primeros tres meses recibimos una cultura científica e ingenieril, otros tres meses lo dedicamos a aprender la lengua rusa, ya que es la segunda de la ISS y nos tocará volar con la Soyuz, porque los transbordadores de la NASA se van a retirar. Otros tres meses aprendemos el hardward europeo de la ISS (la nave de carga ATV, el laboratorio Columbus, los laboratorios, el brazo robótico...), tenemos dos semanas de supervivencia y tres de un curso de comportamiento humano (cómo sacar el máximo provecho de uno mismo, manejar conflictos, trabajar en equipo...), viajamos a Japón y Houston para conocer sus instrumentos en la ISS y pasamos dos meses en la Ciudad de la Estrellas en Rusia.

-Es un trabajo muy exigente, ¿es posible tener vida privada con todo esto?

-Depende de lo que entiendas por vida privada. Si alguien quiere 15 hijos, pues no (risas).

-¿Supone alguna desventaja ser mujer en una carrera tan competitiva como la de astronauta?

-Obviamente algunos parámetros físicos son distintos, pero la verdad es que no, ninguna.

-Entonces, ¿por qué hay tan pocas mujeres astronautas?

-Nos presentamos 1.500 mujeres de 8.500 candidaturas y fue seleccionada una de seis, más o menos la proporción es la misma, así que no es un problema de la selección. Lo que ocurre es que los astronautas provienen de ámbitos donde hay pocas mujeres: ingenieros, científicos, pilotos....

-¿Cuál es su objetivo?

-Espero ser seleccionada para una tripulación a la Estación Espacial Internacional (ISS). Es una cuestión de tiempo, porque las oportunidades de volar son escasas. Sé que no sucederá antes de 2015.

-Con la crisis económica mundial, ¿teme un serio recorte en las misiones espaciales?

-El programa de la ISS es muy estable y tenemos confirmadas operaciones hasta 2020. Como astronauta me gustaría tener más misiones después El dinero que se invierte en el espacio no es dinero que se tira al espacio, sino que se queda en la Tierra, en tecnologías punteras, en formación de las mejores personas, los mejores equipos.... La inversión en el espacio es muy rentable. Incluso en crisis es una buena idea.

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