Hazte premium Hazte premium

«Un cuento chino»: ejemplo de cómo desorientar una tragedia

«Un cuento chino»: ejemplo de cómo desorientar una tragedia

E. RODRÍGUEZ MARCHANTE

Entre lo real y lo verosímil cabe un mundo entero. Una vaca cae del cielo en China y mata a una joven en el instante que su novio le entrega el anillo de compromiso. Tan real, al parecer, como inverosímil... El mundo, pues, da la vuelta, y la cámara se instala en un obvio y enternecedor giro antípoda frente a una ferretería en la capital de Argentina, Buenos Aires.

Del mismo modo que el tiempo, el espacio también convierte la tragedia en comedia: en el anodino y misántropo mundo de un peculiar tipo argentino se cruza un chino desesperado, sin dinero, sin nadie y sin ni siquiera el consuelo de saber algunas palabras del idioma.

El director Sebastián Borensztein despelleja esta anécdota hasta convertirla en un contradictorio y entrañable contraste de personalidades, en donde supura notablemente el talento de Ricardo Darín y la composición de un personaje agrio, solitario, cabal y mortecino al que las circunstancias (entre dantescas y kafkianas) le vuelcan unas cucharadas de azúcar, le imponen una compañía, le descentran de sus absurdas e infructuosas tareas y le pintan la vida de colores espantosos.

Tal vez, lo mejor de «Un cuento chino» sea, precisamente, la descripción visual de ese ferretero huraño, que cuenta los clavos de una caja para certificar que contiene menos de lo que anuncia, y su entrega a regañadientes a una causa tan esperpéntica como humana junto a un chino tragicómico...

Y tal vez podría reprochársele a Borensztein su excesiva voluntad de doblarle la muñeca al drama hasta que emita gemidos de comedia, como en esas fantasías que el mismo personaje que interpreta Darín protagoniza con su colección de noticias estúpidas.

La incomunicación y la compasión también se cruzan, y una mirada jocosa a la burocracia, al costumbrismo porteño, a la danza de las palabras y a la relativa visibilidad que tiene un chino entre todos los chinos.

«Un cuento chino» es una película agridulce, con una eficaz y complejísima construcción del interior de un personaje discordante, pero muy próximo, de Darín, y que busca y encuentra sin esfuerzo al espectador.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación