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las tomas de posesión en galicia

El PP abre una nueva etapa municipal

Con la constitución de los ayuntamientos, el partido de Feijóo gobernará en 217 de los 315 municipios gallegos

El PP abre una nueva etapa municipal EFE

JOSE LUIS JIMÉNEZ

La ya conocida victoria en las urnas del PP el pasado 22 de mayo tomó forma ayer con la constitución de las corporaciones locales. Los populares gallegos gobernarán, entre mayorías absolutas, alcaldes en minoría y coaliciones, en 217 de los 315 ayuntamientos que componen el mapa municipal de la comunidad —frente a los 58 del PSOE y las 29 del BNG—, en una jornada que deparó sorpresas en un puñado de localidades. La ola de cambio que se inició en 2009 en la Xunta de Galicia con la llegada de Alberto Núñez Feijóo vivió ayer su continuación con la nueva etapa del municipalismo que durante los próximos cuatro años protagonizará el PP.

Todas las atenciones estaban puestas en las ciudades de La Coruña y Ferrol, dos consistorios simbólicos para el PSOE y en los que el PP consiguió la mayoría absoluta por vez primera. En la ciudad herculina, la toma de posesión de Carlos Negreira como alcalde respondió más al ceremonial de una boda, la unión que consumó el nuevo regidor con el «vazquismo» sociológico, tan cultivada durante la fracasada gestión de Javier Losada y que cristalizó en la victoria del 22-M.

Francisco Vázquez no ocultaba su decepción por la derrota estrepitosa de su partido, y rememoró «cuando llenábamos las bancadas» durante sus seis legislaturas. Reproches a sus ex compañeros, y «dolor» por la pérdida de su legado, que ayer entregó sonriente a un Negreira que entonó en su investidura un discurso de unidad, integrador y conciliador con el resto de fuerzas de la corporación. Además, anunció que su primera preocupación será la creación de empleo, y se comprometió a luchar «contra los localismos».

Una hora y media antes, y con la presencia del presidente de la Xunta —que hizo doblete en Ferrol y La Coruña—, José Manuel Rey juraba el cargo de primer edil de la ciudad departamental, con el aval de ser el primero que gozará de una mayoría absoluta para gobernar. Por si acaso, el independiente Juan Fernández le dio también su apoyo. En su intervención, Rey Varela afrontaba su tarea con «humildad infinita», y llamaba a la unidad de la sociedad ferrolana para «recuperar el futuro» de la ciudad. Su número tres, Diego Calvo, se perfila además como presidente de la Diputación Provincial de La Coruña.

A la espera de ver qué ocurre en Santiago —donde los recursos ante el TSJG de PSOE y BNG retrasarán la constitución del consistorio hasta comienzos de julio—, las dos ciudades fueron el colofón a una jornada que arrancó en la medianoche, con la toma de posesión del alcalde de Sober, el madrugador —y del PP— Luis Fernández Guitián. Por el camino, alcaldías señaladas como la de Vilagarcía de Arousa, Marín, A Estrada, Cangas, Porriño, Mos, Baiona, Tui, Lalín, Gondomar, Sarria, Carballiño...

Junto a Compostela, los ayuntamientos de Carballo, Fisterra y Os Blancos aguardan resolución judicial a diversos recursos administrativos. Hasta julio no tomarán posesión sus respectivos regidores. En Burela, la constitución del consistorio se retrasó hasta el lunes por el fallecimiento de la madre del próximo alcalde, José María García Barcia (PP).

Los «indignados» la lían

Abel Caballero les había servido luz, agua y wifi en su nuevo lugar de acampada frente al ayuntamiento, pero no por ello consiguió evitar que los «indignados» se la liaran en su investidura como alcalde por cuatro años más. Los «okupas» abandonaron por unos instantes las plazas y parques que ilegalmente han tomado para hacer ruído en actos como el de Vigo, donde los «alborotadores» fueron desalojados del salón de plenos. En Ferrol, consiguieron colarse en el ayuntamiento y, desde una de las salas adyacentes, balaron como ovejas coincidiendo con la salida de la nueva corporación, además de gritar sus pertinentes consignas desde la Plaza de Armas, donde están instalados.

En el Pazo de María Pita no entraba nadie sin invitación. Así que a los «indignados» sólo les quedó la opción de chillar desde el exterior. Se cansaron pronto y volvieron a su campamento, junto al Obelisco. Tampoco se libraron de esta incómoda presencia los concejales entrantes en el ayuntamiento de Ourense. Según informa Isabel Bugallo, la tomaron especialmente con el popular José Luis Baltar, al grito de «yo también quiero ser enchufado».

No todo fueron insultos y descalificaciones, porque el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores fue recibido entre aplausos a su llegada al consistorio pontevedrés, donde prometió por cuarta vez como alcalde de la ciudad del Lérez. En Santiago, al no tener a quien armarle un espectáculo, los «okupas» decidieron iniciar su expansión por las barriadas organizando una concentración en la zona de San Pedro.

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