China construye su primer portaaviones
Dentro de su modernización militar, el régimen de Pekín reforma un buque de 300 metros de la época soviética que compró a Ucrania en 1998 e iba a ser un casino flotante
PABLO M. DÍEZ
Iba a ser un casino flotante de Macao, pero pronto se convertirá en el primer portaaviones de China. Ese el destino que ha corrido el «Varyag», un buque de la época soviética que está siendo reformado en el puerto de Dalian, al noreste del país ... en la provincia de Liaoning, y marcará un hito en la evolución militar del gigante asiático.
Así lo ha confirmado el jefe del Estado Mayor de Ejército Popular de Liberación, Chen Bingde, después de que el teniente general Qi Jianguo desvelara esta semana al «Diario Comercial» de Hong Kong lo que hasta ahora era un secreto a voces. «Todas las grandes naciones del mundo tienen portaaviones, son un símbolo», explicó Qi antes de aclarar que esta nave solo tendrá fines «defensivos» dentro de la estrategia militar china y «nunca se adentrará en aguas de otros países».
Occidente sospechaba desde hace tiempo que el hermético régimen de Pekín venía ultimando su primer portaaviones. En 1998, una empresa china compró el «Varyag» a Ucrania por 20 millones de dólares. En aquella época, era sólo un casco oxidado y sin motor porque el colapso de la Unión Soviética impidió su finalización para la Marina Soviética.
Durante cuatro años, los técnicos trabajaron en su restauración e instalación de sistemas internos para volverlo totalmente operativo, convirtiéndose además en un excelente laboratorio de prácticas para la construcción de nuevos portaaviones en el futuro. Según han informado durante los últimos tiempos distintos medios chinos y asiáticos, como la revista militar de Hong Kong «Kanwa», la rehabilitación incluyó todos los camarotes y salas para la tripulación, equipos de navegación, motores y sistemas de propulsión.
Con sus 55.000 toneladas de peso, el «Varyag» es bastante más pequeño que, por ejemplo, el portaaviones estadounidense «USS George Washington», uno de los once que tiene la Armada americana y que suele surcar los mares del Pacífico desde su base japonesa.
Hasta la confirmación oficial por parte del jefe del Estado Mayor, China sólo había anunciado de forma vaga y sin detalles sus planes de contar con un portaaviones en el futuro. Sobre dicha embarcación, de 300 metros de eslora, aterrizarán y despegarán cazas rusos Su-33 y los propios modelos chinos J-11, pero adaptados a este tipo de naves.
Aún no se sabe cuándo el «Varyag» estará totalmente operativo, ya que distintos expertos han especulado con varias fechas para su botadura. Desde el próximo 1 de julio, para conmemorar el 90 aniversario de la fundación del Partido Comunista, hasta el año que viene, cuando la Oficina de Inteligencia Naval de EE.UU. calcula que empezará a servir como plataforma de entrenamiento para los pilotos chinos en la base de Hainan, al sur del país. El Pentágono no cree que el primer portaaviones chino comience a surcar los mares de Asia hasta 2015, pero estas previsiones podrían acortarse por el extraordinario crecimiento económico del gigante oriental y su modernización militar.
El auge de China como superpotencia es contemplado con inquietud por países vecinos como Japón y Taiwán, la isla que permanece separada del continente desde el final de la guerra civil (1945-49) y cuya soberanía es reclamada por Pekín pese a su reciente acercamiento económico. Además, China se disputa con sus vecinos numerosas islas, ricos bancos de pesca y yacimientos de gas, lo que podría elevar la tensión en los mares de Asia si Pekín recurre a su portaaviones como elemento de presión.
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