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Criminal de guerra

Mladic califica de «monstruosas» las acusaciones del Tribunal

El fiscal jefe le acusa de once cargos entre los que se incluye el genocidio de Srebrenica

IÑAKI CASTRO

«El mundo entero me conoce. Soy el general Ratko Mladic». Con un tono desafiante por momentos y sin ningún atisbo de arrepentimiento, el ex jefe militar de las fuerzas serbobosnias compareció por primera vez ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Mladic rechazó declararse culpable o inocente y se acogió a su derecho a disponer de un mes más para estudiar los pormenores del proceso. «Las acusaciones son repugnantes y monstruosas», clamó tras escuchar los once cargos de genocidio y crímenes contra la humanidad que se le imputan.

Mladic entró a la sala de vistas del TPIY, que tiene su sede en La Haya, al filo de las diez de la mañana. Tocado con una gorra de campaña y un impecable traje gris, el exgeneral se cuadró y realizó el saludo militar ante el tribunal. En todo momento se mostró lúcido y hablador. Tras confirmar su identidad a los jueces y cumplir otra serie de formalidades, se refirió inmediatamente a su estado de salud. «Soy un hombre gravemente enfermo», subrayó. Sus abogados han jugado esta baza desde que fue detenido en Serbia para intentar evitar su extradición, pero todos los médicos le han considerado apto para hacer frente al proceso judicial.

El antiguo general serbobosnio, al que también se le conoce como el carnicero de Srebrenica, volvió a recurrir a su estado de salud para ralentizar el desarrollo del juicio. Según contó, no ha podido empezar a leer la documentación del caso ni las acusaciones porque después de su llegada el martes a La Haya fue ingresado en el pabellón médico. Su abogado, Aleksandar Aleksic, explicó antes de la vista que en 2009 fue tratado de un cáncer y se sometió a sesiones de quimioterapia. Además, se cree que sufrió un infarto que le ha dejado inútil una mano. En su comparecencia, sin embargo, no se apreciaron síntomas de que su salud esté muy deteriorada. Más bien todo lo contrario.

Mladic contestó con agilidad a las preguntas del juez, el holandés Alphons Orie. Incluso, afloró la arrogancia con la que arengaba a sus tropas. «`Fundidles el cerebro!», «`bombardeadles hasta que se vuelvan locos!» gritaba durante el sangriento cerco de Sarajevo entre 1992 y 1995. Hoy, hizo recordar a aquel hombre cuando exigió al tribunal que los guardias no le sujetaran. «No soy ciego. Si necesito ayuda para andar, la pediré», se quejó.

Tándem del horror

Con este mismo tono retador, Mladic despreció los once cargos en su contra. Hasta rechazó que se leyeran, pero el magistrado le recordó que en el juicio reinara la transparencia. Orie, muy templado durante toda la mañana, explicó que se le acusa de haber formado un tándem del horror con Radovan Karadzic, que hoytambién tenía vista en otra sala del tribunal que le juzga desde hace dieciocho meses. Karadzic era el líder político de los serbobosnios y Mladic el jefe militar. Junto a Slobodan Milosevic, el fallecido presidente serbio, conformaron una «empresa criminal» para borrar de Bosnia tanto a los croatas como a los musulmanes.

El magistrado sintetizó en tres hechos las acusaciones contra Mladic. De entrada, se le considera responsable del asedio a Sarajevo con «francotiradores y bombardeos» que dejó 10.000 muertos. También se le atribuye la masacre de Srebrenica, la mayor matanza desde el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Alrededor de 8.000 musulmanes fueron «ejecutados» y enterrados en fosas comunes en cinco días. Cuando el juez se refirió a estas atrocidades, el exgeneral negó con la cabeza. Finalmente, se le atribuye la captura de doscientos efectivos de Naciones Unidas para evitar los bombardeos de la OTAN que terminaron con la guerra.

La lectura de los cargos debió tocar alguna fibra sensible de Mladic, que a partir de ese momento se mostró mucho más soberbio. El antiguo militar tachó las acusaciones de «repugnantes y monstruosas» antes de recurrir al discurso patriótico. «Estaba defendiendo a mí país y a mí gente. Y ahora me estoy defendiendo a mí mismo», proclamó. «Solo quiero decir que espero vivir para poder verme como un hombre libre», agregó.

En plano formal del procedimiento judicial, el exgeneral rechazó declararse culpable o inocente. De esta manera, cuenta con un mes más de plazo para analizar a fondo las primeras tres carpetas repletas de documentos que le han entregado. «Quiero leer, meditar y asesorarme con mis abogados», resumió. Incluso, pidió mas tiempo, pero el juez fijó la nueva vista para el 4 de julio. Entonces, si Mladic no aclara su situación el tribunal entenderá que se considera inocente y pondrá en marcha el proceso para iniciar el juicio.

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