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Cómo cocinar un torero

Hay maneras de vivir y maneras de comer un pepino. M.F.K. Fisher nos enseñó «How to Cook a Wolf» (cómo cocinar un lobo). No sé si hay distintas formas de hacerlo. En cualquier caso, la gran Fisher hablaba de comida para hablar de otras cosas. Podría haber escrito cómo comerse un pepino. Primera opción, la de la consejera andaluza. A bocados y sin pelar (y con esas gafas de sol en cuyas patillas se leía Gabbana en letras gigantes como se podría haber leído en unas de Raquel Mosquera). Segunda opción, la de Rajoy y Aguirre. Pelado, en rodajas, en plato. Sin bañarse en Palomares, que tampoco es necesario.También hay maneras de presentar un libro. Incluso de escribirlo. Nueve días tardó Alejandro Guillermo Roemmers en escribir «El regreso del Joven Príncipe» (Planeta/Zenith), que el jueves se presentó en los jardines del Ritz. Eso sí es express y no los 55 días de David Moralejo en su estupenda novela «Una vez más, nadie me echa de menos» (Huerga y Fierro).

La obra que retoma al Principito de Saint Exupéry la presentó Carmen Posadas, que se sorprendía de que una señora lo hubiera pedido en la Feria mientras ella firmaba. Posadas no va en metro y no ha visto la publicidad, si no hace semanas que estaría familiarizada con la obra aunque Roemmers no hubiera sido su amigo. Claro, que si yo fuera Posadas tampoco iría en el metro. Lo mismo iría en bicicleta por las aceras, que es lo último en Madrid.

No es una novela, tampoco una continuación de «El principito», solo se toma al personaje para hablar con él y para que pregunte «¿Qué es un problema?» igual que Maggie Smith pregunta «¿Qué es un fin de semana?». Son como los diálogos del pequeño saltamontes con el maestro, solo que aquí el maestro es el pequeño saltamontes. Cosas de felicidad y eso, pero nada que ver con Alain. Gustará si gustan Paulo Coelho o Jorge Bucay. Pero si estos provocan sarpullidos, mejor no catarlo. El argentino Roemmers es poeta y millonario. Cada cosa por su lado. Y como no necesita el dinero de los libros, lo da a la Fundación Pequeño Deseo, donde colabora María Eugenia Martínez de Irujo, presente en la presentación. Asimismo, habrá dinero para la fundación que Cayetano Rivera está poniendo en marcha para ayudar «a los niños del planeta». La marca Cayetano, que también estaba en el Ritz, es un torero multidisciplinar, además de multiguapo. Lo mismo lo vemos con Tony Blair que en Arco que en Buckingham que en el estreno de la última de Torrente (por su hermano Kiko). Incluso lo hemos visto en Las Ventas. Voy a ver si M.F.K Fisher tiene en «The Art of Eating» un capítulo sobre cómo cocinar un torero. Primero, se caza el torero...

POR ROSA BELMONTE

MADRID

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