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Europa dice que «no hay evidencia» de que el móvil cause cáncer

Expertos piden cautela y nuevas investigaciones tras el informe de la OMS

Europa dice que «no hay evidencia» de que el móvil cause cáncer AFP

N. RAMÍREZ DE CASTRO

El debate sobre los móviles, las frecuencias electromagnéticas y el riesgo de cáncer es tan viejo como poco concluyente. Decenas de estudios no han podido ir más allá de la mera sospecha. Pero bastaba con que un organismo vinculado a la Organización Mundial de la Salud informara de que había un «posible» riesgo de sufrir cáncer cerebral para que se encendieran las alarmas. El estudio de la Agencia Internacional de la Investigación del Cáncer (AIRC) clasifica los campos de frecuencia electromagnética, como los que liberan los teléfonos móviles como un compuesto «posiblemente carcinógeno». Esta clasificación la ha hecho con estudios que relacionan el uso de esta tecnología con un mayor peligro de padecer un glioma, un tipo de tumor cerebral.

El anuncio llega, después de años durante los cuales oncólogos, expertos en radiaciones e instituciones han intentado calmar a una población preocupada por los efectos en la salud de antenas y aparatos de telefonía móvil. Ahora las mismas instituciones y expertos piden cautela ante el anuncio del organismo vinculado a la Organización Mundial de la Salud.

La Comisión Europea afirmó ayer que «no hay evidencia» de que el uso de móviles cause cáncer. Este organismo ha solicitado una mayor investigación porque entiende que aún no se ha establecido una relación causa-efecto y son necesarios más estudios. La comisión recuerda que uno de los trabajos más amplios en este campo —el proyecto Interphone centrado en tres tipos de tumores cerebrales— no encontró ningún incremento de riesgo. Aunque en este estudio no se investigó el uso intensivo de los móviles a largo plazo. En estos momentos otro estudio evalúa los daños en niños y adolescentes. Los resultados se esperan en 2013.

El informe de la AIRC ha servido para apoyar las reclamaciones del Consejo de Europa que pedían eliminar el uso del móvil y la red «wi-fi» de los colegios por los posibles efectos negativos de los campos electromagnéticos en la salud de los niños.

Expertos, como el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, Emilio Alba, pidieron cautela. «No se ha demostrado una relación causal clara», dijo Alba. Otros lo consideran una «llamada de atención».

El Comité Científico Asesor en Radiofrecuencia y Salud asegura que el informe «no establece ni cuantifica el grado de riesgo» y pide a la OMS que coordine el trabajo científico necesario para traducir la clasificación de ese riesgo en medidas concretas. Alejandro Úbeda, del Servicio de Investigación de Bioelectromagnética del Hospital Ramón y Cajal de Madrid defiende el informe: «Las conclusiones son bastante equilibradas. Es cierto que no hay evidencia científica de una relación causa-efecto, pero sí bastantes indicios». De momento, la mejor opción es minimizar los riesgos, con medidas sencillas como utilizar kit de manos libres, dice. Úbeda se pregunta por qué se asume como certeza estudios del mismo instituto que prueban el vínculo entre el tabaco y el cáncer y no cuando se apunta a los móviles.

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