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El gran teatro del arte, según Dora García

El pabellón español en la Bienal de Venecia se convierte en plataforma de reflexión, crítica y debate sobre la marginalidad

El gran teatro del arte, según Dora García ABC

NATIVIDAD PULIDO

Se está convirtiendo en una costumbre que el pabellón español en la Bienal de Venecia acoja propuestas conceptuales, densas, sesudas, que necesitan manuales de instrucciones para su comprensión, a excepción de la última edición, donde Miquel Barceló expuso pinturas y cerámicas sin más. Así ocurrió en los últimos años con Santiago Sierra, con Antoni Muntadas y con «Paradisso Spezzato», la colectiva propuesta por Alberto Ruiz de Samaniego.

Y también vuelve a ocurrir este año con la vallisoletana Dora García (1965), artista elegida por la comisaria Katya García-Antón, cuyo proyecto «Lo inadecuado» está envuelto en una maraña intelectual que precisa de la lectura de muchos folios para su comprensión y hasta de una guía para saber dónde y cuándo se desarrollará una parte de la idea global. Pese a sus dudas sobre la bienal, Dora se lo ha tomado muy en serio. Hay detrás del proyecto un complejo trabajo teórico de reflexión, debate y crítica. Aunque, ¿dónde queda la emoción?

Aquí no hay pinturas, ni esculturas, ni fotografías, ni vídeos, ni instalaciones, sino una performance extendida (se desarrollará durante los seis meses que dura la bienal y en distintos lugares que van más allá del pabellón español), y discursiva, integrada por debates, conversaciones, acciones, monólogos... Será además una performance múltiple y coral, en la que Dora García es solo una protagonista más. Ha invitado a participar en esta «mesa o plataforma de pensamiento» a numerosos intelectuales de la contracultura italiana, que reflexionarán en torno a conceptos como desviación, outsider, exclusión, censura, radicalidad... Todos ellos trabajan desde posiciones marginales, no oficiales, disidentes, underground... A muchos de ellos los conoció en el espacio Peep-Hole de Milán, donde Dora García presentó su proyecto «Mad Marginal».

Todas son posturas artísticas marginales, inadecuadas, en el límite

Todo en este proyecto, pues, muy «inadecuado», muy políticamente incorrecto para una bienal como la de Venecia, convertida cada vez más en una mezcla de yinkana, parque de atracciones y feria de turismo. El pabellón español se convierte este año en una especie de «teatro de exposiciones», en cuyo espacio central se ha instalado un escenario con el lema «lo inadecuado» en tres idiomas: italiano, español e inglés. Allí ocurrirán algunas de las acciones de “Lo inadecuado”, pero no todas: las habrá por toda Venecia. Las cinco salas contiguas se tornan en unas «sui generis» bambalinas donde, en mesas y vitrinas, se exhiben objetos y material diverso relacionados con algunos de los nombres propios en torno a los que gira el discurso de «Lo inadecuado».

Hablamos de James Joyce , Pasolini, Italo Svevo, Robert Walser... Pero Dora García prefiere hablar más de ocupación que de exposición. Y, aunque no llega a tapar la palabra «España» en la fachada del pabellón, como sí hicieron Sierra y Muntadas, sustituye la idea de pabellón nacional por la de un pabellón desterritorializado y desoficializado. Las paredes están en blanco. La propia Dora García ha querido pasar a un segundo plano y eliminar su nombre. Es tan solo, dice, «un proyecto iniciado por mí. Es difícil encontrar al autor en el pabellón».

«Lo inadecuado»

A través de la web será posible conocer los lugares, fechas y horarios de las distintas performances. Como «Narrativa instantánea», en la que un actor teclea en un portátil todo lo que ve y oye de los visitantes que se acerquen al pabellón español hasta unos días antes de su cierre. Todo lo que escriba se irá proyectando en una pantalla de la sala. El espectador será protagonista, pues, dependiendo de lo que haga o diga, así será el texto. En otra performance, un actor leerá textos basados en el cineasta Jack Smith, el dramaturgo Antonin Artaud y el comediante Lenny Bruce. Y en otra reaparece Charles Fich, el personaje que se escapó de «La ópera de cuatro cuartos» de Bertolt Brecht para aparecer en un proyecto de Dora García de 2007.

Por las sucesivas performances que conforman «Lo inadecuado» irán apareciendo (física o espiritualmente) el poeta experimental italiano Nanni Balestrini, el cómico Carmelo Bene, el pintor y escultor Fabio Mauri —con quien días antes de morir Pasolini llevó a cabo un experimento artístico: proyectó su película «El Evangelio según San Mateo» sobre la camisa blanca del director—, los artistas Christian Frosi, Diego Perrone, Matteo Guarnaccia, Gianfranco Baruchello, Franco Vaccari y Aldo Piromalli, el psiquiatra y ensayista Franco Basaglia, el dúo cómico Antonio Rezza & Flavia Mastrella, el pintor, fotógrafo, director y actor Alberto Grifi, Robert Walser y sus microgramas... Dora García también cuenta en este proyecto con el colectivo Wurmkos, que creó una residencia cultural para personas con problemas psicológicos; con Nicola Valentino, que mientras estuvo en la cárcel fundó una editorial y una colección de arte...

Habrá visitas guiadas para ver obras de un artista que no produce nada, habrá encuentros imposibles entre personajes de ficción y personas reales, habrá un museo italiano de arte contemporáneo en el exilio. Algunas cosas ocurren físicamente, otras tan solo mentalmente. Pero todas son posturas artísticas marginales, inadecuadas, siempre en el límite..., que se cuelan en una de las citas más prestigiosas y glamourosas del mundo del arte. Y es que, como decía Erving Goffman, referencia para Dora García en este proyecto, «un movimiento impropio pero preciso puede agujerear la delgada tela de la realidad inmediata».

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