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Humillante derrota para Silvio Berlusconi, que pierde Milán y Nápoles

La Liga Norte, socio de gobierno de Berlusconi, estudia sugerir un sucesor o quitarle el apoyo parlamentario para un adelanto electoral

reuters

ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

Se consumó la debacle. El primer ministro Silvio Berlusconi ha sufrido una histórica derrota en las elecciones municipales y administrativas, cuya segunda vuelta se celebró el domingo y lunes. En las dos ciudades que se consideraban clave, Milán y Nápoles , se ha impuesto de forma arrolladora el centro-izquierda.

Giuliano Pisapia , un jurista de 62 años, ha logrado el 55% de los votos frente al 45% de su rival, la alcaldesa saliente Letizia Moratti . En Nápoles, la avalancha ha sido aún más espectacular: el ex jez Luigi de Magistris , de Partido Italia de los valores, ha superado por 30 puntos (65,4% frente a 34,6%) a Gianni Lettieri , el candidato del partido de Berlusconi. El centro-derecha cae sonoramente derrotado también en Cagliari, Grosseto, Trieste e Novara. Y para rematar la humillación al primer ministro, el candidato del centro-derecha pierde también en Arcore, donde Berlusconi tiene su residencia.

«Berlusconi debe dimitir»

Tras estos resultados, impensables hace tan solo dos semanas, l a oposición en bloque pide la dimisión de Silvio Berlusconi y elecciones anticipadas mientras celebra su éxito en muchas plazas de Italia. El líder del Partido Demócrata ha subrayado en rueda de prensa: «En el Parlamento ahora hay una mayoría diversa de la que se ha reflejado en las urnas y de la que existe hoy en el país. El Gobierno debe dimitir».

La Liga Norte, partido aliado de Berlusconi en el Gobierno, se desmarca del primer ministro al que atribuye directamente la responsabilidad de la derrota. En principio, sabe suponer que la Liga Norte continuará dándole su apoyo al Gobierno, pero a cambio de fuertes contrapartidas.

Deseo de cambio

El resultado electoral refleja un deseo de cambio. Para Silvio Berlusconi supone un espectacular varapalo, porque pierde la capital de Lombardía , la región más rica de Italia, su feudo electoral donde comenzó su aventura política en 1994.

Los resultados tienen además un valor político a escala nacional, porque «Il Cavaliere» planteó estos comicios como un referéndum sobre su persona y sobre la tarea de su Gobierno y por ello encabezó la lista electoral de su partido en Milán.

El clima electoral comenzó a cambiar hace dos semanas. Entonces, en el primer turno de estas elecciones, el centro-derecha ya perdió, entre otras ciudades, Turín y Bolonia. Ahora buena parte de las capitales ricas del norte quedan en manos del centro-izquierda.

Silvio Berlusconi justificó la derrota de hace 15 días señalando que era culpa de la debilidad de los candidatos del centro-derecha y no suya personal. Por primera vez en unas elecciones, Silvio Berlusconi comenzó a mostrarse pesimista y nervioso, reiterando hasta el aburrimiento sus insultos a los magistrados (los describió como «una patología») y hacia la oposición (»quien vota a la izquierda no tiene cerebro», exclamó en televisión).

Los italianos, cansados de Berlusconi

Pero esta campaña electoral ha mostrado que buena parte de los italianos se ha cansado de los habituales chascarrillos de «Il Cavaliere», de sus insultos y de sus acostumbradas promesas. El mito de su magia electoral, que lo hacía casi invencible, se ha derrumbado hasta límites inéditos e insospechados.

Por ejemplo, en el cierre de la campaña electoral en Nápoles el candidato de su partido Gianni Lettieri hizo todo lo posible para que Berlusconi no acudiera al último mitin , pero el primer ministro se presentó finalmente recibiendo más silbidos que aplausos y gritos de «scemo, acemo» (estúpido).

Ahora se confirma el inicio de un cambio del viento, que sopla contra Silvio Berlusconi. De ser considerado un Rey Midas, que convierte en oro todo lo que toca en unas elecciones, Berlusconi ha pasado a ser un perdedor.

El mensaje que han dado los italianos a Silvio Berlusconi tiene la misma dimensión de una debacle o cataclismo como le ocurrió al PSOE y a Zapatero el 22-M. Pero las diferencias son notables: «Il Cavaliere» mantiene la fuerza que le da el haber construido con su dinero un partido a su medida, sin barones que tengan el coraje de pedirle que dé un paso atrás y nombre sucesor. Además, quedan dos años de legislatura y Silvio Berlusconi tiene la mayoría absoluta en el Parlamento, gracias a la compra de diputados.

Berlusconi depende ahora de Bossi

Temiéndose un mal resultado, aunque no era previsible tal tsunami, Silvio Berlusconi había reiterado que «no habrá crisis, aunque pierda . Tenemos dos años de legislatura, hasta el 2013, para realizar las reformas de la justicia, institucional y fiscal». Pero aunque Silvio Berlusconi pretende dar aires de normalidad a la vida política del país, su declinar es evidente a los ojos de todo el mundo.

Con un primer ministro humillado políticamente y preocupado solo hasta ahora por sus problemas con la justicia, se incrementará aún más la parálisis que mantiene desde hace meses el Gobierno y la debilidad que arrastra el centro-derecha. Silvio Berlusconi depende ahora políticamente más que nunca de su aliado Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, con el que gobierna en coalición.

La sartén por el mango la tiene ahora la Liga Norte , donde existe un profundo malestar en sus bases por la derrota. En la Liga de Bossi se piensa ya en el «post berlusconismo», y se prevén tres opciones : relanzar la acción de gobierno, algo que hoy parece una empresa muy difícil; sugerir un sucesor a «Il Cavaliere» si continúa la debilidad del Gobierno (el candidato de la Liga Norte sería Giulio Tremonti, actual ministro de Economía; suena también el nombre de Roberto Formigoni, presidente de la región de Lombardía), o quitar el apoyo parlamentario a Berlusconi para causar un adelanto electoral en primavera.

En cualquier caso, para el centro-izquierda no será fácil liberarse de Silvio Berlusconi, a pesar de la estrepitosa derrota de «Il Cavaliere». Hoy por hoy, la oposición no es aún alternativa clara de gobierno : en el centro-izquierda no hay un liderazgo indiscutido y existe notable fragmentación, con una decena de partidos.

La izquierda ha dado por muerto a Silvio Berlusconi en muchas ocasiones, pero la verdad es que se mantiene en el escenario del poder 17 años, de ellos once como primer ministro. En cualquier caso, esta vez sí puede asegurarse que ha comenzado el principio del fin de Silvio Berlusconi.

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