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Las «cheerleaders» piden que lo suyo sea reconocido como deporte

Varias agrupaciones han pedido que se regule su actividad como «deporte emergente» como estadio previo a recibir el estatus de una disciplina deportiva más

Las «cheerleaders» piden que lo suyo sea reconocido como deporte AFP

EMILI J. BLASCO

Siempre se han visto como un acompañamiento festivo en los acontecimientos deportivos estadounidenses, pero ahora l as “cheerleaders” reclaman que lo suyo tenga la consideración oficial de deporte . Varias agrupaciones de estas animadoras han pedido a la Asociación Nacional Atlética Colegial , la organización que regula y organiza las competiciones deportivas universitarias en EE.UU., que sus ejercicios sean considerados un “deporte emergente”, como estadio previo a recibir el estatus de una disciplina deportiva más.

Los grupos que solicitan este reconocimiento han ido evolucionando, del mero levantar los brazos y hacer de “majorettes”, hacia equipos atléticos que hacen tablas de gimnasia y realizan difíciles acrobacias , en los que las integrantes no visten minifaldas sino con atuendo más propio de voleibol. El problema para su elevación a deporte es que se trata de una actividad muy heterogénea, en la que es difícil fijar criterios para la competición entre equipos sin que las reglas que se establezcan acaben prácticamente asimilando la disciplina a la gimnasia femenina.

En cualquier caso, algunas Universidades norteamericanas están presionando para que la Asociación Nacional Atlética Colegial acepte la modalidad, ya que ello les permitiría aumentar las estadísticas sobre práctica deportiva femenina en sus centros, que en muchos casos queda por debajo de los niveles fijados como objetivo. Las Universidades necesitan demostrar que están haciendo más por la promoción deportiva de sus alumnas, que representan el 53% de las personas matriculadas, pero sólo el 46% de la población universitaria que practica algún deporte.

Pero también existen oponentes, como recoge «The New York Times» al referirse a esta noticia. Avalar deportivamente a las “cheerleaders”, aunque fuera a una modalidad más atlética, sería dar legitimidad a una tradición que los grupos feministas siempre han criticado. También supondría una puerta de atrás para la práctica deportiva femenina, que distraería de potenciar otro tipo de disciplinas con posibilidad de práctica profesional.

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