La manzana de Manzanares

La tauromaquia cultural es esa tauromaquia del Sepu que trata de surfear la crisis regalando orejas. Sus dos representantes, López y Manzanares, pasaron el miércoles por Madrid y, como en Sevilla, tiraron de orejas. Antes, la gente de toda España venía a Madrid a ver ... toros, pues figuras y orejas ya tenían ellos en sus pueblos. Entonces eran los señores los que se preocupaban de que sus señoras no miraran mucho a los toreros. Ahora son las señoras las que se preocupan de que sus señores no entornen los ojos con los culteros. López y Manzanares copan de tal modo la taquilla que no queda para los toros, y para dar la corrida estrella de San Isidro hubo que hacer dos cosas: una limpieza de corrales y una redada de perros flautas en la Puerta de Sol, luego desorejados en Las Ventas por los toreros culturales de la tauromaquia del destoreo: un perro flauta girando detrás de un trapo rojo salchicha. Desde Kaohsiung, en Taiwán, la ciudad modelo de Gallardón, el amigo Pepe Campos, que imparte cultura española en una Universidad de allí, nos escribe: "Lamentable lo de ayer: no hay aficionados, sólo público ignorante". Pero a mí lo que me gusta de Manzanares es la manzana que se ha puesto en la furgoneta. Manzana, Paraíso, Cézanne, Manzanita, Turing, Apple… De Apple ya ha dicho Gallardón que ocupará el edificio de Tío Pepe en la Puerta del Sol, si los indignados de Rubalcaba (si no fueran suyos, ya los habría militarizado, como a los controladores) no lo impiden. En cuanto a Turing, "Le Nouvel Observateur" corrió la voz de que el logo de Apple era un homenaje al presunto suicidio del científico británico, que habría mordido una manzana untada con cianuro, pero el matemático Juan José R. Calaza nos recuerda que el primer logo de Apple era Newton bajo un manzano, y que el marketing hizo el resto, al mezclar ecología, tentación, transgresión edénica y manzano de Newton, que no inventó la sidra, por cierto. Ni el mordisco.