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La camarera que puso en jaque el FMI

La mujer de 32 años que ha acusado de intento de violación a Strauss-Kahn trabaja como empleada de la limpieza en el lujoso hotel Sofitel de Nueva York

La camarera que puso en jaque el FMI AFP

p. s.

La vida íntima del director del FMI, Dominique Strauss-Kahn , no ha pasado nunca desapercibida. Envuelto desde hace años por la polémica por sus andanzas con las mujeres, la última acusación de intento de violación parece que puede hacerle caer definitivamente.

No se conoce mucho sobre la última víctima de DSK aunque parece ser la más valiente o la mejor apoyada ya que una denuncia suya habría llevado a la automática detención en el aeropuerto de Nueva York del director del FMI .

La presunta víctima, es una empleada de la limpieza de 32 años del lujoso hotel Sofitel cerca de Times Square natural de Guinea y madre de dos hijos con la que Strauss-Kahn pudo haber mantenido algún tipo de relación previa en las anteriores estancias de DSK en Nueva York.

La camarera relató que entró en la habitación alrededor de las 12 horas del sábado para limpiarla pensando que estaba vacía y fue entonces cuando el Sr. Strauss-Kahn, salió del baño desnudo y se le acercó por detrás, le tocó el pecho y luego la arrojó sobre la cama , según un oficial de Policía.

«Ella luchó por quitárselo de encima y entonces él la arrastró por el pasillo al cuarto de baño, donde la asaltó sexualmente por segunda vez». Allí él le habría obligado a practicarle sexo oral mientras le intentaba quitar la ropa interior. La mujer logró escapar y de inmediato contó lo sucedido a los responsables de personal del hotel, que avisaron a la Policía.

Las otras víctimas de DSK

El político francés, que llegó a la dirección del FMI en 2007, ya tuvo en 2008 un episodio «lamentable» de posible abuso sexual con una subordinada. La situación fue superada con la salida del FMI de la economista con la que había tenido esa relación, la húngara Piroska Nagy , quien pasó a trabajar para el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.

Strauss-Kahn salvó el puesto debido a que los momentos de intimidad habían sido mutuamente consentidos y no hubo trato de favor. «Si bien el incidente constituyó un error de juicio por mi parte, creo firmemente que no he abusado de mi posición», indicó entonces en un correo electrónico enviado a los 600 empleados del organismo. Menos claro es el caso de la periodista y escritora francesa Tristane Banon que ya en 2007 denunció, sin dar nombres, en un programa de televisión que un político francés la agredió sexualmente en 2002 en un apartamento en el curso de una entrevista. Banon desveló que «rompió mi sujetador y trató de bajarme los vaqueros» . Ahora, la periodista está considerando la posibilidad de presentar una denuncia contra el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.

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