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AtlÉTICO DE MADRID

Choque de dos machos alfa

La final de la Supercopa rompió la relación entre Quique y Forlán, que había nacido viciada

Choque de dos machos alfa ÁNGEL DE ANTONIO

JOSÉ CARLOS J. CARABIAS

Justo un año después de conquistar la ex UEFA y del imperial paseo por Neptuno , la hinchada del Atlético mira con un ojo a Europa y atiende con el otro al desenlace definitivo del combate entre Quique Flores y Diego Forlán. El choque de dos machos alfa que ha desempolvado una relación que nació viciada. A petición propia y sin preguntas, el técnico aireó ayer lo que era un secreto a voces en el club. No aguanta al jugador, su actitud pasiva . «El asunto Forlán es de una complejidad poco normal y natural», dijo. Por eso lleva siete partidos sin ponerle de titular y le señaló después de la derrota ante el Racing. El uruguayo, mudo en una presentación de golf, no respondió a su entrenador.

Quique se va. Ni el club le ha hecho una oferta ni él quiere seguir. Pero le ha pasado factura a su adversario en este tramo final . Y aunque Forlán no tiene muchos aliados, la plantilla se ha colocado de su lado porque considera que el técnico no debió airear los trapos sucios .

La tropa periodística ha rastreado para encontrar el detonante del pésimo trato entre ambos, pero no parece haber un antes y un después. Al decir de fuentes del club que conocen el caso, ha sido un percusión de dos soberbios. « Dos personas con un carácter muy orgulloso que han chocado desde el minuto uno . Como sabía que no iba a seguir, Quique se la tenía guardada a Forlán. Y en estos partidos que lo ha dejado en el banquillo, ha hecho lo que le pedía el cuerpo desde hace tiempo».

Como un matrimonio que entra en reproches, Quique y Forlán consideran que han entregado más al otro de lo que el otro le ha dado . El técnico siempre le reclamó mayor esfuerzo defensivo al uruguayo y éste porfió con la escasez. Mostró una cierta reserva en el campo porque se consideró con derecho a un estatus especial. Lucía dos Botas de Oro (una con el Villarreal y otra con el Atlético) y el verano pasado fue elegido mejor jugador del Mundial . Bagaje sin igual en la plantilla. Como Forlán no se implicaba en defensa, el entrenador comenzó a sustituirle. Y el suramericano empezó a distanciarse del técnico.

La parroquia del Atlético, protectora pero exigente con sus futbolistas, requirió más servicios de Forlán el año pasado. El clima se caldeó y llegó a un principio de fractura en el partido contra el Athletic (26 de marzo de 2010). Forlán marcó entre improperios de la grada e imitó con grosería a Maradona . «¿Y ahora qué? Chupádmela», grabaron las cámaras.

Un triunfo parcial para Quique, que no consiguió el total porque Forlán es, probablemente, el mejor jugador del Atlético y sus goles son ya parte de la historia del club . Como los dos que anotó en la final de Hamburgo ante el Fulham y que lo encumbraron de nuevo al pedestal rojiblanco.

La final de la Supercopa en Mónaco ante el Inter exasperó a Quique y también a Forlán. Con 0-1 (gol de Reyes), el técnico retiró al delantero para dar entrada a Jurado (minuto 82). El uruguayo se marchó hecho un basilisco porque interpretaba que si tenía alguna posibilidad de ser Balón de Oro era en ese partido. Agüero anotó el segundo gol un minuto después (83) y Forlán ni siquiera lo celebró . Saltó todo el banquillo menos él.

Taciturno y orgulloso, Forlán se ha ido alejando de sus compañeros, del núcleo joven del grupo que domina el Kun . Su mejor amigo era Simao, pero el traspaso del portugués al Besitkas en enero lo dejó casi desplazado a la soledad. Su enlace ahora es el uruguayo Godín, uno de los pocos con el que mantiene relación fluida.

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