Alaska y Mario estrenan «reality»

Alaska y Mario Vaquerizo son una de las parejas más llamativas y queridas del «star system» nacional. Sus vidas son de todo menos convencionales y como adelantamos hace unas semanas, han abierto las puertas de su casa a las cámaras de la MTV para que conozcamos, a través de su nuevo «reality show», «Alaska y Mario», sus intimidades. El programa se estrena el miércoles a las 21.30 y promete ser uno de los «shows» más divertidos de la programación.

Alaska, reina de la Movida y una de las artistas más polifacéticas del país, y su pareja, Mario, el ‘rey del glam’ mostrarán el día a día de esta singular pareja, lleno de glamour, humor y surrealismo. Y todo con un objetivo: celebrar la gran boda del año. Los preparativos, los invitados, el banquete o el vestido de la novia… no faltará ni un detalle.

El «reality» seguirá la cuenta atrás de «la extraña pareja» para su boda, que «promete ser divertida, kitsch, única e irrepetible», dicen. Y no es para menos: veremos a Olvido (Alaska) como ama de casa, a Mario sin maquillaje, y la puesta a punto del matrimonio más pop. ¿Realmente tienen la casa decorada en tecnicolor? ¿Quién tarda más en arreglarse para salir a la calle? ¿Cómo es una jornada de compras con Alaska? ¿Qué opinarán los padres de Mario del enlace? ¿Y los amigos?

En primera persona

Después de más de una década de relación, ¿cómo se describirían el uno al otro? «Mario es sociable, cualquier situación le parece interesante y se lo pasa bien siempre. Al mismo tiempo es maniático, adicto al trabajo y muy meticuloso», dice Alaska a MTV.

«Si sólo se le conoce en su faceta lúdica, se pensará que es un ser alocado al que le apasiona la vida y disfruta de todo. Pero si sólo se

le sigue en una intensa jornada de trabajo se pensará que es un organizador implacable, muy exigente consigo mismo y con los que trabaja», añade. Y como amo de casa no tiene precio: «En cambio, en la vida doméstica mantiene esas dos personalidades contrapuestas. Por un lado es un obseso del orden y la limpieza y por otro es un ser cariñoso que hace muy fácil eso tan difícil que es compartir la vida. Siempre se levanta de buen humor... y a pesar de ser capaz de acabar con las reservas nacionales de cerveza, nunca tiene resaca».

Por su parte, Mario está enamorado como el primer día: «Si llevo doce años de convivencia con Alaska por algo será. Con todas sus virtudes y todos sus defectos. Alaska es la mujer perfecta, por todo: por su cabeza, su constancia, su infinita capacidad de trabajo y por ser alguien que siempre ha hecho lo que ha querido», dice.

Vaquerizo tiene mil piropos para ella: «Además tiene las medidas perfectas, la estatura ideal y la edad idónea (¿quién dijo que la diferencia de edad es un problema?)... para conseguir que no le quite el ojo de encima y sea la única fémina capaz de llevarme al altar. Trabajamos juntos y vivimos juntos, y lo llevamos muy bien y aunque en ocasiones discutimos (yo improviso; ella jamás) las reconciliaciones siempre proceden. Alaska es la persona más adicta al carbohidrato que conozco y la chica más total que he conocido jamás.»

Sólo les falta el «sí quiero». Las perdices ya las han probado.