Arqueología en escena
Los teatros del Canal presentan un montaje historicista de «El burgués gentilhombre», de Molière y Lully
JULIO BRAVO
«Es un espectáculo culto e inteligente, casi imposible de montar en España, donde el “así ya vale” es frase común del mundo del teatro. Es, además, el más exquisito y refinado de los espectáculos que se han presentado aquí». Son palabras de Albert Boadella, ... director de los teatros del Canal, en relación a «El burgués gentilhombre», que este fin de semana se podrá ver en el Canal. Llega en una producción de la compañía francesa Le Poème Harmonique, que dirige Vincent Dumestre, y con estas representaciones madrileñas se pone fin a la vida de este espectáculo, que vio la luz en Utrecht en 2004 y del que se han ofrecido medio centenar de representaciones; entre ellas una muy especial celebrada en el palacio de Versalles.
«El burgués gentilhombre» es una comedia-ballet escrita por Molière y Jean-Baptiste Lully, que durante varios años crearon una decena de títulos a instancias del Rey Luis XIV. Ésta es, de hecho, la última obra en la que ambos colaboraron. Se estrenó en la Corte francesa el 14 de octubre de 1670, y es un texto muy estudiado y conocido en Francia.
Investigación
Vincent Dumestre ha contado con la colaboración de Benjamin Lazar (puesta en escena) y Cécile Roussat (coreografía) para dar vida a una recreación «arqueológica» de esta obra donde se trenzan la actuación, la música y la danza para formar un género singular. Detrás de este montaje de «El burgués gentilhombre» hay una profunda investigación sobre la música y la coreografía originales, así como la manera de interpretarla». El resultado es una puesta en escena fiel al estilo de la época; incluso para la iluminación se emplean únicamente velas, cuya luz es aumentada por una plancha de hierro. El Canal ha tenido que contar con los servicios de una dotación de bomberos, que vigilarán entre cajas que nada ocurra.
Casi medio centenar de intérpretes participan en estas representaciones, en las que su afán historicista afecta incluso a la pronunciación y a la gestualidad de los actores. «Molière y Lully —dice Lazar— unieron danza, música y declamación de tal manera que el actor se acerca al baile y al canto a través del gesto. Lo interesante es el efecto que esta investigación tiene sobre el público de hoy; el teatro barroco afirma la teatralidad y se separa del realismo y del naturalismo».
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