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mercados | madrid

Grecia, Finlandia, S&P... demasiado para las bolsas

El Ibex-35 retrocede un 2,02%, para dar un último cambio en los 10.344,90 puntos

CRISTINA VALLEJO

La segunda parte de la tragedia griega, la de la posible reestructuración de la deuda, que algunos medios helenos ya dan por segura, sigue poniendo muy nerviosos a los inversores. Si la deuda española ya había sufrido sus efectos colaterales la semana pasada, se agravaron con el resultado de las elecciones legislativas de Finlandia, que pueden culminar con la llegada al Gobierno del partido de la ultraderecha, conocido por su antieuropeísmo y por su oposición a los rescates. Podría ser, incluso, que dificulte el rescate de Portugal.

Así, con el tipo de interés de los bonos lusos a dos años por encima del 10% por primera vez desde la creación de la zona euro y la rentabilidad de los bonos helenos a dos años por encima del 20%, el interés de los bonos españoles a diez años subió hasta rozar el 5,6% desde el 5,4% del viernes, el nivel más alto desde el año 2000, con lo que la prima de riesgo se disparó hasta el 2,30% desde el 2,03% que vimos al cierre de la sesión del viernes. A la ampliación de la prima de riesgo de la deuda española contribuyó que los inversores temerosos de la crisis de deuda periférica se refugiaran en la alemana, lo que hizo bajar el tipo de interés hasta el 3,24% frente al 3,37% del pasado viernes.

El Tesoro no tuvo suerte, pues, con el día que escogió para emitir deuda a 12 y 18 meses, por las que tuvo que pagar un 30% y un 38% más que en las anteriores subastas, respectivamente. La rentabilidad de las letras a un año pasó del 2,1% al 2,8%, mientras que la de las letras a un año y medio subió del 2,4% hasta el 3,4%. En total, el Tesoro colocó 4.659 millones de euros, rozando el mínimo previsto.

El euro, que se había mantenido prácticamente inmune a la crisis de deuda la semana pasada, sufrió una fuerte depreciación respecto al dólar. Al cierre, se cambiaba por 1,4218 dólares, frente a las cerca de 1,44 unidades de la apertura.

Extensión de la crisis de deuda

Pero la crisis de deuda, como advirtió el Fondo Monetario Internacional la semana pasada podría no quedarse en Europa, podría tener otros destinos. Por ejemplo, Estados Unidos, donde la falta de acuerdo y decisión para recortar el déficit amenaza con provocar numerosas turbulencias en los mercados. Algo que parecía imposible se hizo realidad: la agencia de calificación crediticia S&P puso en perspectiva negativa la nota que actualmente tiene la deuda americana, la cada vez más preciada y menos frecuente Triple-A. El precio de los seguros contra el impago de Estados Unidos (CDS) subió de los 42 a los 49 puntos.

Las advertencias de S&P sobre la deuda estadounidense, que podría perder su Triple-A si republicanos y demócratas no llegan a un acuerdo serio y contundente para reducir la deuda y el déficit públicos, provocaron que las pérdidas que ya sufrían los índices se acentuaran. De hecho, la nota publicada por la agencia de calificación fue la puntilla para las bolsas europeas. El Ibex-35 cerró la sesión con un recorte del 2,02%, para dar un último cambio en los 10.344,90 puntos, su nivel más bajo desde hace justo un mes. Pero el selectivo español no fue el peor del Viejo Continente. Le ganó el Ftse Mib de Milán en descensos, dado que retrocedió un 2,92%, con al menos cinco bancos cayendo más de un 4%.

El Cac 40 francés, mientras, se dejó un 2,35%, con la aseguradora Axa como farolillo rojo, que se dejó un 5,74%. Crédit Agricole retrocedió un 4,89%, mientras que Natixis y Société Générale perdieron alrededor de un 3,85%. También el PSI-20 de Lisboa cayó más que el Ibex: retrocedió más de un 2,35%. Incluso el Dax, que retrocedió un 2,11%.

Mejor comportamiento que otros parqués europeos

Vemos, pues, que el Ibex-35 fue el tuerto en este mundo de ciegos: aunque sus descensos fueron muy importantes, fueron menores que los de otros índices europeos. Y, posiblemente, se debió al mejor comportamiento relativo del sector financiero español: de los diez peores valores del Eurostoxx 50, ocho eran entidades financieras, bien aseguradoras, bien bancos, pero ninguno español. Así, el peor de todos los bancos españoles fue BBVA, que retrocedió un 2,90%. Mientras, el Popular retrocedió un 2,76%, Bankinter, un 2,69% y el Santander, un 2,60%. El mejor fue el Sabadell, que “sólo” retrocedió un 1,34%. Aunque la peor entidad financiera del Ibex fue la aseguradora Mapfre, que perdió un 3,01%.

Pero, más que estos valores perdieron otros, bien por su nivel de endeudamiento, bien por su mayor dependencia de la financiación para realizar su trabajo. De este modo, Sacyr Vallehermoso fue el peor valor de la jornada, con un recorte del 5,51%, seguido de Gamesa, que perdió un 4,09%, mientras que Ferrovial y Acciona retrocedieron algo más de un 3,1%.

En verde sólo terminó una compañía, la alimentaria Ebro, que hizo valer su carácter defensivo, lo que provocó una revalorización del 0,21%.

Entre los mejores valores, aunque con descensos, sólo cinco perdieron menos de un punto porcentual. Es interesante saber qué tipo de valores aguantan mejor estas turbulencias. Y fueron: Indra, OHL, Técnicas Reunidas, Iberdrola Renovables y ArcelorMittal.

Fuera del selectivo, apenas cuatro valores terminaron en positivo, con Cleop y GAM como únicos valores que subieron más de un 1%. Baviera, con una revalorización de medio punto porcentual y Adolfo Domínguez, con una subida del 0,11% completaron la lista de valores en verde. Nota curiosa: el Ibex Small Caps cayó mucho más que el Ibex-35 y mucho más que el resto de los índices europeos, dado que su descenso rozó el 3%.

La huida hacia los activos más seguros se vio en el oro, que subió hasta marcar otro récord al borde de los 1.500 dólares por onza. Y también se revalorizó la plata. Y, mientras tanto, el precio del crudo sufrió un fuerte descenso de más de dos dólares, hasta los 106,70 en el caso del West Texas, de referencia en Estados Unidos, y hasta los 121,62 dólares en el caso del Brent, en el mercado londinense.

También Wall Street comenzaba la jornada con severos descensos, superiores al 1,5%, pese a que los resultados de Citi resultaron ser mejores de lo previsto. El único dato macroeconómico que se publicaba en Estados Unidos era el de confianza del sector promotor, que, contra pronóstico, registró un leve descenso.

En Europa, la agenda de datos macro apenas llevaba un dato relevante: la evolución del precio de la vivienda en España que, durante el primer trimestre, aceleró su ritmo de descenso, hasta el 4,6 interanual.

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