Obama anuncia un plan para reducir la deuda pública en 2,7 billones de euros
El presidente de Estados Unidos acometerá recortes en el gasto público y subirá los impuestos a los más acomodados
Aunque durante su campaña y a lo largo de su presidencia, la disciplina fiscal no ha sido una visible prioridad para Barack Obama , el ocupante de la Casa Blanca se ha convertido este miércoles en un imperioso abanderado de poner orden en las finanzas públicas de Estados Unidos.
Ante las diferencias insostenibles entre todo lo que ingresa y gasta el gobierno federal, Obama ha formulado un plan presupuestario - con la asegurada oposición de los sectores más hacia la izquierda y la derecha del espectro político americano- que aspira a eliminar 4 billones de números rojos durante los próximos doce años.
En un discurso presentado como la primera salva de unas trascendentales negociaciones sobre el futuro de las arcas públicas de Estados Unidos, Obama ha reconocido la necesidad de sustanciales recortes presupuestarios. Cuestión hasta ahora monopolizada por los conservadores pero que el presidente quiere llevar a cabo de forma razonable y sin caer en el nihilismo burocrático del "Tea Party".
La propuesta de la Casa Blanca incluye: recortes presupuestarios de los que no se librará ni el Pentágono, freno al crecimiento de los grandes programas de protección social y un aumento de la presión fiscal. Para que la Hacienda americana pueda recaudar más, la Casa Blanca propone eliminar particulares exenciones fiscales e impedir que las rentas más altas sigan beneficiándose de los recortes de impuestos promovidos por el presidente Bush.
Un plan B más duro para 2014
Entre las ideas esbozadas durante su alocución en el campus de la Universidad George Washington, el presidente también ha introducido una especie de camisa de fuerza presupuestaria para Estados Unidos. Si los números rojos acumulados por el gigante americano no se reducen significativamente para el 2014, entraría en acción un mecanismo automático de recortes presupuestarios mucho más profundos e indiscriminados.
La meta de ahorrar 4 billones de dólares durante los próximos doce años se sitúa por debajo de los objetivos planteados tanto por la mayoría republicana en la Cámara Baja como por la comisión para la reducción del déficit auspiciada por la Casa Blanca. Pero según los argumentos de Obama, la disciplina fiscal que necesita Estados Unidos no puede afectar a partidas destinadas a garantizar la competitividad de la mayor economía del mundo. Ni tampoco alterar sustancialmente las subvenciones sanitarias para jubilados y más pobres, o las pensiones de la Seguridad Social.
Dentro de una situación que tanto republicanos como demócratas consideran insostenible, la deuda pública acumulada por Estados Unidos supera los 14 billones de dólares , con un déficit presupuestario estimado para este año entre 1,5 y 1,65 billones de dólares. Panorama fiscal complicado por la disparada factura sanitaria, la jubilación en masa de la generación del "baby-boom" nacida tras la Segunda Guerra Mundial y los intereses cada vez mayores que Estados Unidos tiene que pagar a sus acreedores.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete