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La boda «sin esplendor» del Príncipe Carlos y Camila Parker Bowles

A diferencia de la ceremonia con Diana en 1981 y la que parece que será entre Guillermo y Kate, el último enlace real británico, hace hoy seis años, fue calificado por la prensa de «poco emotivo», «gélido» y «sin entusiasmo por parte de Isabel II»

La boda «sin esplendor» del Príncipe Carlos y Camila Parker Bowles reuters

ISRAEL VIANA

Ceremonia «sin esplendor», «seria», un enlace «sombrío», «gélido», con «poco entusiasmo por parte de la reina Isabel II», «sin beso entre los novios», «rápido», «poco emotivo»… con todos estos calificativos fue descrita por la prensa la boda entre el Príncipe Carlos de Inglaterra y Camila Parker Bowles , hace hoy justo seis años. Un enlace que nada tuvo que ver con el cuento de hadas que fue la boda del mismo Carlos con Diana de Gales , en 1981, y de la que parece que será, el próximo 23 de abril, la del Príncipe Guillermo y Kate Middleton .

La mayoría de los periódicos optaron por titular a la boda «Al fin»

Fue tan patente el hecho de que aquel enlace, el 9 de abril de 2005, no representó en absoluto el sueño colectivo de los ingleses, que un día después los recién casados se despertaban con la «agradable» noticia, ironizaba ABC, de que sólo un 58% de los británicos aprobaba el matrimonio y de que el mismo porcentaje pensaba, además, que Carlos nunca debería ser Rey . Un porcentaje este último que ha ascendido al 64% tras el anuncio de la boda de Kate y Guillermo.

Aquel sentimiento quedó reflejado también por la prensa inglesa. Los prestigiosos diarios « Guardian » e « Independent » dieron parcas informaciones acerca de la boda de Carlos y Camila , y en estas, además, aprovechaban para adentrarse en el terreno de lo irónico. Mientras la mayoría de los periódicos optaron por el titular «Al fin», en referencia a un deseo que los pretendientes había mantenido en secreto desde que se conocieran en 1970 y durante los 35 años en que fueron amantes.

«Novia y penumbra»

El más combativo de los periódicos británicos fue « News of the World », que tituló su portada «Novia y penumbra» para indicar que, frente a la alegría del Príncipe Carlos y Camila Parker Bowls, la reina Isabel II fue una auténtica «Reina de hielo» que no le dedicó mucha atención ni gestos de cariño a la prometida de su hijo.

La Reina Isabel II le dedicó muy pocas sonrisas a Camila Parker Bowles

Otros diarios también se explayaron con los detalles de la relación entre la nueva nuera y su suegra , destacando el poco entusiasmo de la Reina por la ceremonia , en la que le dedicó muy pocas sonrisas a la novia y dedicándole el mínimo tiempo a las fotos con la pareja.

ABC comenzó así su crónica : «Una boda apacible y sin sobresaltos. El Príncipe Carlos y su ya esposa la Duquesa de Cornualles culminaron ayer su relación de 35 años con una boda que se desarrolló en un ambiente, si no solemne, sí al menos lo suficientemente festivo como para hacer olvidar los sinsabores de las últimas semanas de continuos percances».

«Diana para siempre»

A pesar de la fría ceremonia, lo cierto es que miles de personas se congregaron en las calles de Windsor para saludar a los pretendientes en su camino hacia el Ayuntamiento, donde se celebró el matrimonio civil. Un trayecto en el que la Policía tuvo que esmerarse para retirar a las pancartas en contra de la boda y los retratos (algunos quedaron visibles) de Lady Diana , muy presente siempre en el corazón del pueblo inglés, casi 15 años después de su muerte en accidente de tráfico. «Larga vida a la Reina; Diana para siempre; Rey Carlos y Reina Camila, nunca», podía leerse en un cartel de una anciana , y que varios agentes invitaron a retirar.

Camila no utilizó el título de Princesa de Gales por respeto a Diana

Y es que, tan presente estaba el fantasma de Diana sobrevolando la ceremonia y tan amenazante era la mirada severa de la Reina –«La soberana no sólo mandó a los novios al Ayuntamiento del pueblo y dejó claro que aquello era una ceremonia civil que no requería la presencia regia, sino que a la hora del “sí quiero” estaba en el vecino castillo dedicada a agasajar al sultán de Barhein», dijo en su columna Alfonso Rojo –, que Camila, quien sin duda había cumplido un sueño , decidió no utilizar el título de Princesa de Gales que le correspondía por su matrimonio con Carlos , por respeto a su antecesora.

La boda de Kate y Guillermo, como la de Diana y Carlos en 1981, apunta a inolvidable . Y puede que incluso la cotización cambie en la casas de apuesta, donde, en 2005, se hablaba de un 10.000 a 1 la opción de que un ovni aterrizara en plena ceremonia. En fin, las bodas dan para mucho… bueno y malo.

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