Hazte premium Hazte premium

MÚSICA

Slayer y Megadeth escenifican el infierno en Madrid

Dos de las grandes bandas del thrash metal llevaron a la Riviera el primer de los tres únicos conciertos en España pertenecientes a la gira europea

Slayer y Megadeth escenifican el infierno en Madrid abc

J.M.SÁNCHEZ

Interminables colas, camisetas negras con efigies diabólicas, mucho cuero y pelo largo, y una gran expectación por ver al cincuenta por ciento de la denominada 'The Big 4' -junto a Metallica y Anthrax-. Slayer y Megadeth desplegaron su poderoso 'heavy metal' en un concierto limitado en tiempo que más bien supo a poco.

Con un pequeño cambio en el guión esperado, la larga melena rubia del provocador cantante de Megadeth, Dave Mustaine, recuperado ya de su desvanecimiento en Rusia hace quince días, saltó con una guitarra de dos mástiles al escenario después de los albaceteños Ángelus Apátrida, aunque la banda manifestó un arranque poco esperanzador pero que supo remontar conforme iban cayendo, una por una, los temas del repertorio.

Acompañado de unos músicos poco dinámicos cuyas guitarras comenzaron a rugir demasiado bajas, la banda californiana parecía estar desorientada en las primeras de cambio. Sonido escaso y menos potente de lo que cabría esperar para un grupo que mostró tintes de decadencia en algunas ocasiones pero que el mero hecho de escuchar sus grandes clásicos ya valía la pena estar presente.

Retumbaron las viejas conocidas 'She wolf' y 'Peace sells' para que cayera antes de lo esperado 'Hangar 18' que enlazó siempre coreada 'Tout le monde' y una desgastada pero no por ello menos esperada 'Symphony of destruction', con la que fueron preparando la despedida. El climax llegó con 'Holy wars'.

No hubo tiempo para más . Irrisorio el tiempo de actuación en el que se limitaron a desmenuzar una versión reducida de sus grandes éxitos pertenecientes a su extenso repertorio. Ni más ni menos. Son gajes del oficio el actuar en un concierto conjunto en una sala que se quedó más bien pequeña para una banda de estas características.

Impetuosos, alucinantes y agresivos fueron Slayer , cuya sorprendente e hipnótica actuación fue una descarga constante de adrenalina. Sorprenente directo. Metal extremo con convicción. Violentos y arrolladores, sin dejar de parar, sin poder respirar, los 'padres del género' explotaron la intensidad de algunos de sus clásicos como 'Raining Blood', 'South of heaven', 'Seasons in the abyss' que escenificaron el mismísimo infierno.

Tampoco faltó 'World painted blood', de su último disco de estudio, y por supuesto 'Angel of death' -cuya letra se inspira en los experimentos del médico nazi Josef Mengele- para finiquitar el concierto. Su sonido nervioso y espídico de guitarras caóticas y potentes fascinó a un público entregado que no paraba de mover los cuellos a ritmo de una serie de atronadoras canciones que corrían por la venas repletas de emoción.

Slayer pasó como una auténtica apisonado ra sin dar tregua ni respiro con sus controvertidas letras acerca de Dios, la guerra, muerte y devastación al servicio de una música vertiginosa y martilleante aderezada del doble bombo a extrema velocidad. Y eso que tan solo fue un sorbo de su potencial.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación