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Lo que los músculos esconden

Camellos, consumidores, monitores y usuarios muestran las bambalinas del tráfico de anabolizantes en los gimnasios

Lo que los músculos esconden

TATIANA G. RIVAS

Utiliza el nombre de Hércules en foros y páginas de anuncios de la Red para hacerse con clientela. Lanza un mensaje suculento para un mercado que suma adeptos con gran facilidad año tras año: «Dispongo de anabolizantes originales de farmacia. Calidad, seriedad y precios inmejorables ... garantizados». Tras contactar vía e-mail con este camello del músculo, oculto tras un «nick» heroico, facilita su número telefónico. No tiene inconveniente en contar cómo mueve su pequeño negocio, el mismo que están explotando ahora las mafias por ser más lucrativo y menos penado que el de las drogas clásicas, según adelantó ayer ABC. Eso sí, Hércules deja claro que no es a lo que se dedica: «No vivo de esto. Siempre he sido autónomo. He tenido mi pequeña empresa y he estado trabajando. Por culpa de la crisis o del Gobierno tengo que sobrevivir así». Hércules tiene 44 años y lleva veinte dedicado al culturismo; quince de los mismos ciclándose, es decir, administrándose sustancias químicas anabolizantes para ganar masa y eliminar grasa.

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