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Milagro entre las ruinas de Miyagi

Rescatados con vida una anciana y su nieto nueve días después del devastador terremoto de Japón

AP

EP

No es tarde, todavía hay tiempo para los milagros en la catástrofe de Japón. Nueve días después del terremoto y el tsunami que arrasaron el noreste de la costa nipona, una anciana de 80 años, Sumi Abe, y su nieto Jin, de 16, fueron rescatados ayer con vida entre las ruinas de su casa en Ishinomaki.

En el fatídico 11-M nipón, el potente seísmo de magnitud 9 destruyó su hogar en la prefectura de Miyagi, una de las más castigadas, y los sepultó bajo un amasijo de ladrillos, vigas y tejas. Pero no los mató. Ambos se hallaban en la cocina y, tras quedar atrapados entre los escombros, se las arreglaron para sacar algo de comida del frigorífico pese a que estaban muy débiles por las heridas sufridas.

A oscuras, soportando temperaturas bajo cero y con la agonía de pensar que tenían las horas contadas, sobrevivieron a base de yogures durante nueve interminables días con sus correspondientes noches. La anciana tenía las piernas inmovilizadas, pero su nieto logró escapar entre los restos del inmueble derruido y llegó hasta el exterior, desde donde hizo señales a un helicóptero de salvamento.

Sobrevivir al peor seísmo

Como la Policía no podía sacar a la anciana, los agentes tuvieron que llamar a un equipo de rescate para salvarla. Según las imágenes mostradas por la televisión nipona NHK, la mujer tenía las piernas heridas y su nieto sufría hipotermia. Ambos fueron trasladados en helicóptero al hospital de Ishinomaki, donde podrán contar que sobrevivieron al peor seísmo de la historia reciente de Japón, que provocó una ola de diez metros que borró del mapa cientos de pueblos.

Este milagro se suma al de Hiromitsu Shinkawa, un hombre de 60 años que fue encontrado dos días después del tsunami a 15 kilómetros de la costa. Tragado por la fuerza de las olas al retirarse, resistió encima del tejado de su casa hasta que fue avistado por un destructor de la Marina nipona. «Ningún helicóptero o barco que ha pasado cerca me ha visto; pensé que iba a ser el último día de mi vida», relató cuando fue rescatado. Menos suerte tuvo su mujer, que sigue desaparecida y seguramente habrá perecido ahogada.

El recuento oficial de víctimas volvió a subir ayer. Ya son 8.400 los muertos que dejó la catástrofe y 13.000 los desaparecidos. Sólo en la prefectura de Miyagi, la Policía calcula que han perdido la vida unas 15.000 personas, por lo que la cifra final de fallecidos superará los 20.000.

Tras haber perdido su casa, 452.000 damnificados han buscado cobijo en refugios improvisados, algunos situados en zonas de difícil acceso y donde los víveres y el agua están tardando en llegar por el mal estado de las carreteras, muchas de ellas destrozadas. Durante los últimos días, la nieve ha entorpecido las labores de búsqueda y el frío se ha cebado con los afectados por este desastre natural. Además de las casas que tumbó, el tsunami ha dejado 250.000 viviendas sin luz y un millón sin agua.

Las pérdidas por los daños materiales ascienden a más de 176.000 millones de euros por este seísmo, que va camino de relevar al terremoto de Kobe como el desastre más caro de la historia, ya que su reconstrucción superó los 81.000 millones de euros.

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