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Un tsunami destruyó la Atlántida... en el Coto de Doñana

National Geographic halla evidencias de que la ciudad mítica estaba en Cádiz

PEDRO RODRÍGUEZ

Puede que Platón en sus «Diálogos» no hiciera más que relatar una verdad histórica y no una leyenda de la Antigüedad al mencionar la existencia junto a los Pilares de Hércules de una fabulosa ciudad —la Atlántida— que en cuestión de «un día y una noche... desapareció entre las profundidades del mar». Un grupo de investigadores, con el respaldo de la National Geographic Society de Estados Unidos, dice haber encontrado indicios del mito que viene fascinando desde hace 11.000 años justo bajo las marismas del Parque Nacional de Doñana.

Del georradar al satélite

El equipo de geólogos y arqueólogos dirigido por el profesor americano Richard Freund ha invertido dos años de trabajo con la ayuda de fotografías de satélite, radares capaces de penetrar la tierra, cartografía digital y tecnología submarina. Y de acuerdo con sus conclusiones, narradas para la televisión en un documental especial emitido esta semana, la Atlántida con su peculiar diseño circular estuvo situada ni más ni menos que al noroeste de Cádiz.

El profesor Freund también ha confirmado que el final de esa ideal ciudad vino en forma de un cataclismo de la Naturaleza: un terremoto y un brutal tsunami como el sufrido la semana pasada por Japón. Como respaldo a estas hipótesis, los investigadores señalan la existencia de restos de otras «ciudades monumento» construidas siguiendo el peculiar trazado circular de la Atlántida. Obras situadas en otras partes de España y atribuidas a supervivientes de la destrucción de la mítica ciudad descrita en las cercanías del estrecho de Gibraltar. De acuerdo con las explicaciones del profesor Freund, el lugar identificado en Doñana «es el mejor candidato posible nunca descubierto con la mayor cantidad de evidencias».

El equipo ha anunciado su intención de volver para realizar excavaciones tanto en la zona del Parque de Doñana como en las misteriosas réplicas detectadas en España. Entre las evidencias figuran estatuillas que se remontan a la Edad de Bronce y mediciones que indican la existencia en el subsuelo, bajo varios metros de agua y barro en la desembocadura del Guadalquivir, de estructuras que podrían ser canales y zonas de uso comunal.

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