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crisis financiera

Los portugueses denuncian la precariedad laboral en multitudinarias protestas por todo el país

Decenas de miles de ciudadanos salen a la calle en las principales ciudades lusas contra las injusticias sociales de un país que vive su peor crisis económica en treinta años

EFE

Decenas de miles de ciudadanos se unieron hoy en las principales ciudades lusas para protestar contra la precariedad laboral y las injusticias sociales en Portugal, que vive su peor crisis económica en treinta años.

Las manifestaciones, promovidas por el movimiento juvenil 'Geracao á rasca' ('Generación basura'), aglutinaron a portugueses de todas las edades e ideologías políticas y reunieron en las mayores urbes del país, Lisboa y Oporto, a más de 50.000 participantes, según cálculos oficiales. Convocadas como protestas independientes políticamente, laicas y pacíficas, la masiva afluencia de las concentraciones se produce un día después de que el Gobierno socialista anunciase más recortes económicos en el país -los cuartos en un año-, que pretenden reducir el déficit luso del 7,3 % en 2010 al 2 % en 2013.

La protesta de Lisboa, cuya asistencia superó las expectativas de las autoridades, transcurrió desde la céntrica Plaza de Marqués de Pombal hasta la de Rossio, los principales puntos neurálgicos de la capital, y ejemplificó el descontento de la ciudadanía. Mensajes reivindicativos contra los políticos y los abusos del mercado de trabajo y a favor de la acción ciudadana y la esperanza inundaron la marcha lisboeta, que transcurrió espontáneamente sin un frente dirigente visible. Los sucesivos planes de austeridad del Ejecutivo luso, justificados para calmar a los mercados y disipar la necesidad de una intervención financiera externa en Portugal, también estuvieron en la punta de mira de los manifestantes.

La música amenizó el heterogéneo desfile, que contó con la asistencia de familias, ancianos, estudiantes, profesionales de las más variadas áreas y grupos de ideologías opuestas, desde los neonazis hasta los de defensores de los derechos de los homosexuales. Sara Correia, de 22 años, trabaja en un centro de llamadas que opera con los llamados 'recibos verdes', un régimen de servicios externos con menos derechos laborales que la contratación, y gana apenas 400 euros mensuales. "Vine aquí para protestar por la situación laboral del país. Tengo un hijo al que sustentar", se lamentó.

En situación parecida se encuentra Antonio V., educador de 25 años a quien le preocupa la inestabilidad del mercado laboral de Portugal, uno de los países de la Unión Europea (UE) en los que los contratos temporales tienen más peso. "Temo la inseguridad para toda una vida. No saber qué ocurrirá en dos meses o en un año", reflejó el joven, quien también criticó el sistema de "los recibos verdes". Los diferentes pagos que Antonio realiza a la Seguridad Social y a otros impuestos lastra su presupuesto: "Es difícil mantener todas las cuentas en orden", reconoció.

Movimiento ciudadano

'Geracao á rasca' es un movimiento creado a comienzos de este año por cuatro amigos y que se circunscribió en un principio a la precariedad laboral que azota al sector juvenil. Sin embargo, ha acabado por aglutinar al resto de sectores, desde los trabajadores autónomos y los desempleados hasta los jubilados o los funcionarios.

Propagado por las redes sociales de Internet, el grupo tiene como objetivo principal "trabajar en conjunto" con políticos y emprendedores para lograr "una solución" que impida que la situación actual del país se agrave. Portugal tiene una tasa desempleo del 11,1 % y cerca de un 30 % de licenciados con menos de 24 años están en paro. El grupo identifica como problemas prioritarios el desperdicio de un capital humano que podría ayudar al crecimiento de Portugal, la fuga de cerebros y el peligro de hipotecar el futuro de una generación que ha disfrutado de educación gracias al esfuerzo de sus antecesores.

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