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La brecha salarial se dispara cuando las mujeres empiezan a tener hijos

Diferentes expertos aseguran en el Día Mundial de la Mujer Trabajadora que la maternidad es un elemento de discriminación laboral y salarial

J. F. ALONSO

Las mujeres de la Unión Europea (UE) ganan de media un 17,5 por ciento menos que los hombres a lo largo de su vida. Las diferencias entre los salarios masculinos y femeninos se dan en toda la UE, aunque en Italia son las más bajas (el 5 por ciento) y en Estonia la más pronunciadas (30), según la Comisión Europea. En España la brecha se sitúa en el 17,1 por ciento. La comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales de la UE, Viviane Reding, anunció que Bruselas va a seguir colaborando con los países y los interlocutores sociales para combatir el problema, a través de iniciativas no legislativas. Entre otras medidas, la Comisión apoyará la entrega de premios para fomentar la igualdad en la empresa o el desarrollo de herramientas para corregir las diferencias, como las que ya aplican algunas sociedades en Alemania o Luxemburgo. La Comisión recordó que la brecha salarial entre géneros implica también que las mujeres tienen pensiones más bajas. En la actualidad el 22 por ciento de las mujeres a partir de los 65 años corre el riesgo de caer en la pobreza, frente al 16% de los hombres.

Las mujeres ganan menos que los hombres. Mucho menos. La llamada «brecha salarial» ilumina con crudeza el ángulo de la desigualdad que, seguramente, más duele, el de la nómina a final de mes, los euros sonantes. Esa diferencia llega en España al 24,8 por ciento, según un informe hecho público ayer por el Cuerpo Especial de Gestión de la Hacienda Pública (GESTHA). Es decir, después de contabilizar todos los sueldos por cuenta ajena, comunidad por comunidad, GESTHA asegura que ellas ganan 5.323 euros menos que ellos.

El análisis detallado de las cifras, sin embargo, va más allá. La desigualdad avanza a partir de los treinta y cinco años. Según José María Mollinedo, secretario general de GESTHA, la razón es que, «a medida que las mujeres tienen hijos o tienen que cuidar en casa a una persona mayor el mercado laboral las penaliza». Entre 25 y 35 años, la diferencia de sueldos es «solo» del 14,5 por ciento, mientras que al cruzar la frontera de los 35, esa cifra crece hasta el 24,2 por ciento.

«Las mujeres en esas edades aceptan sueldos más bajos porque asumen cómplicemente que van a estar en edad fértil, que van tener que pedir más bajas y que se les van a plantear problemas con la conciliación», afirma Cristina Santamarina, socióloga y profesora de la Universidad Complutense de Madrid. En su opinión, a esa edad las mujeres tienen una cualificación laboral y académica más alta, por lo que el aumento de las diferencias solo puede explicarse por la dedicación a la familia. Santamarina dice que ocurre en España, pero el bache también se detecta en sectores como ciencia y tecnología en países del norte de Europa.

Hay que tener en cuenta que en España se retrasa cada vez más el momento de tener hijos, hasta situar la edad media de las primerizas en 31,12 años, según el INE.

Hace unos días se presentó precisamente un libro de Acción Familiar llamado «Mujer e igualdad de trato. Análisis de la maternidad en la Unión Europea», en el que se decía que «el 85 por ciento de las españolas que trabajan renuncia a tener otro hijo por motivos laborales». La autora del trabajo, Teresa López, aseguró ayer a ABC que «las mujeres tienen una doble discriminación, por ser mujer y por ser madre; también para aquellas mujeres que están en edad fértil, afectadas en su progresión laboral». López recuerda que no hay datos en Europa de cómo son los salarios en función de cuántos hijos tiene la mujer y que la diferencia salarial en el mismo puesto no es legal, pero —añade— «en la práctica la maternidad amplía la brecha salarial, porque las mujeres tienen menos posibilidades de promoción y las tasas de empleo son más altas».

Según UGT, la tasa de ocupación de las mujeres alcanza el 52,6 por ciento, mientras que la de los hombres llega al 67, 72. El paro, como cabe suponer, es superior en el caso de las españolas: 20,79 por ciento frente al 19,95 de los hombres. Al cabo, las mujeres que tienen responsabilidades familiares «tienen más dificultades para reincorporarse al mercado laboral», aseguró Almudena Fontecha, secretaria para la Igualdad del sindicato UGT.

Maternidad y despidos

La relación entre maternidad y empleo siempre camina sobre un fino alambre en el que no faltan las denuncias. La Fundación Madrina presentó también ayer un estudio bautizado como «Mobbing Maternal Laboral en España», en el que se asegura que «la maternidad es factor de exclusión laboral y social». Durante el pasado año se duplicó el número de llamadas y contactos por internet recibidos por Madrina y relacionados con este problema, con situaciones de despido que se resumen en frases como la pronunciada por una directora de sucursal de Banco a una cajera: «Porque tus prioridades en relación con la empresa han cambiado». O esta otra, dirigida a una empleada del sector de la hostelería: «Si continúas con el embarazo, estás despedida». El 90 por ciento de los casos de «mobbing» por motivos relacionados con la maternidad nunca llega a juicio.

Menos mujeres directivas

En el estudio elaborado por los Técnicos de Hacienda (GESTHA) leemos que el sueldo medio de los españoles que trabajan por cuenta ajena era en 2009 de 21.433 euros, mientras que en el caso de las mujeres se quedó en 16.110. La diferencia se redujo apreciablemente (653 euros respecto al año anterior), pero José María Mollinedo precisa que esa «mejora» tiene que ver con la crisis y con la bajada de sueldos de los hombres, y no porque se haya endulzado el paso de las mujeres por las empresas. Cita como ejemplo la provincia de Castellón, donde los hombres pasaron de ganar 21.234 euros en 2008 a 19.798 en 2009.

Otro informe, «Evolución de la igualdad retributiva durante la crisis», realizado por la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE) y por la consultora ICSA Grupo, confirma el mismo dato: la diferencia salarial entre hombres y mujeres directivos se ha reducido un 27,2 por ciento como una consecuencia añadida de los malos tiempos por los que pasa nuestra economía. En concreto, la diferencia de salarios era del 16,5 por ciento en 2010 mientras que en 2011 se queda en el 12 por ciento. Ernest Poveda, presidente de ICSA, opina que, en efecto, no se debe a un aumento de los salarios de las mujeres con estos cargos, sino a que la retribución masculina ha caído respecto a años anteriores.

En cuanto a la presencia de las mujeres en cargos directivos, se ha reducido al 11,7 por ciento (cae algo más de un punto respecto al año anterior, y en 2008 se llegaba al 20 por ciento. Este hecho, según Poveda, supone una «contradicción», ya que son las mujeres directivas quienes están mejor formadas: en el 90,5 por ciento de los casos tienen estudios universitarios (85,3 en el caso de los hombres).

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