Risas y quejas por el tren de Gran Canaria

Cierto es que los primeros en pronunciarse sobre esta cuestión han sido Los Verdes (enemigos acérrimos del proyecto) por medio de su candidata a la administración insular, Amalia Bosch, pero la realidad que se esboza en Bruselas es más que contundente.

En este sentido, Kallas exhala que la Comisión Europea «no está al corriente» de solicitud de financiación alguna del Gobierno español para una línea ferroviaria de velocidad alta en Gran Canaria. Es más, la organización confirmó que este proyecto «ni siquiera está previsto en el programa para 2007-2013» del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en Canarias.

Además, con ocasión de la revisión de la red transeuropea de transporte (RTE-T), «las autoridades españolas no han incluido ese proyecto en esta red». Se da la circunstancia de que algunos europarlamentarios no pudieron evitar algún que otro ataque de risa durante la intervención de Los Verdes, en las que se relataban las características del proyecto: una infraestructura ferroviaria de velocidad alta en un trayecto con una longitud total de 48 kilómetros y nueve paradas en el recorrido. Y todo ello es una isla de forma redondeada con un diámetro medio de 47,5 kilómetros y una superficies de 1.560 kilómetros cuadrados. Tal como se recoge en el Plan Especial Territorial (PTE-21) mediante el cual se determinó que la alternativa más adecuada era un tren de velocidad alta.

Lógicamente, tras el conato de risotada europarlamentaria, llegan las lágrimas e incluso las quejas. En ese último escalón volvió a aparecer la líder de Compromiso por Gran Canaria , Nardy Barrios, quien ya abogó en su momento por la supresión de la Autoridad Única del Transporte y que ahora volvió a cargar contra otro de los proyectos que destilan aroma a Nueva Canarias: «En base a la información que llega desde la Unión Europea, Román Rodríguez (consejero insular de Transportes) ha engañado a los grancanarios ya que el tren de alta velocidad no sólo no cuenta con financiación sino que además no consta en la Unión Europea que se ha presentado solicitud de la misma, y siempre han defendido lo contrario», aseguró Barrios.

Por su parte, Los Verdes van más lejos en este asunto: «El modelo elegido no corresponde a las necesidades reales de transporte en la isla, sino a la pretensión de acceder a miles de millones de euros de los fondos europeos y por razones obvias nunca sería operable en las Islas en sentido estricto». La pelota está ahora en el Gobierno de Zapatero.