La Guardia Civil insiste ante Ruz en que los cortes del «Faisán» no son accidentales
La Policía también ratifica el informe en el que deja la puerta abierta a un simple deterioro de la cinta
NATI VILLANUEVA
Los cortes en el vídeo del bar «Faisán» el día del «chivatazo» a ETA, el 4 de mayo de 2006, no fueron« accidentales», sino que intervinieron agentes externos de forma simultánea a la grabación, no a posteriori.
Así lo confirmaron ayer ante el juez de ... la Audiencia Nacional Pablo Ruz los tres guardias civiles que elaboraron el informe sobre los cortes en ese vídeo a instancias del propio magistrado. En un auto del pasado 24 de enero, Ruz les pidió que «confirmaran o rebatieran» las conclusiones del informe de la Comisaría General de Policía Científica (de fecha 23 de noviembre de 2009). Ésta había señalado que «los cortes pueden haberse producido por agentes externos, accidentalmente o por deterioro, sin que existan elementos en la grabación analizada que apoyen una de las tres explicaciones en detrimento de las dos restantes».
Los peritos ratificaron ayer en la Audiencia Nacional que las interrupciones en ese vídeo (dos, de tres minutos y dieciséis segundos) se debieron a «agentes externos», aunque no llegaron a concretar si los cortes fueron intencionados o se produjeron por negligencia. No obstante, los guardias civiles optaron por llevar ayer al Juzgado el magnetoscopio con el que se realizan este tipo de grabaciones y en el que se puede apreciar que los botones («stop», «rec» y «play») están protegidos «con dos o tres tapas», apuntaron fuentes jurídicas.
Las mismas fuentes subrayaron que en una pericial «muy técnica», los agentes explicaron «paso a paso» cómo realizaron el análisis de la cinta y confirmaron que no hubo una manipulación de las imágenes a posteriori, sino que las «interrupciones» se llevaron a cabo sobre la marcha, de forma simultánea a la grabación.
La Policía, por su parte, sin descartar que los cortes puedan tener su origen en un agente externo (detención manual), dejó la puerta abierta al posible deterioro de la cinta VHS o incluso a la posible desconexión del cableado. Y es que, como informó ABC, en realidad no se trata de cortes en el sentido propio de la palabra, sino de imágenes en negro —«negros », como se conoce en el argot televisivo— en las que el reloj sigue corriendo. «Es como si se hubiera sacado la clavija correspondiente a la imagen dejando la del sonido», explicaban gráficamente las fuentes antes citadas. No hay, pues recuperación posible de las imágenes que tendrían que estar ahí, sencillamente porque «nunca estuvieron».
Los dos agentes de la Policía Científica, autores del informe ampliatorio solicitado por el juez, ratificaron también que en las nueve cintas correspondientes a las grabaciones efectuadas en el bar Faisán durante los cinco días previos y posteriores a producirse el «chivatazo» hay otros cuatro cortes de similares características a los dos registrados el día del «soplo». Asimismo, los agentes señalaron que la única cámara con la que se grabaron imágenes era la correspondiente a la «vigilancia 122», la situada frente al bar Faisán.
A cámara rápida
El 1 de octubre de 2009 el fiscal Carlos Bautista aseguraba en el escrito en el que pedía el archivo del caso que «la dirección del equipo conjunto» (con Carlos G. a la cabeza) estableció un dispositivo de vigilancia personal o electrónico únicamente ante el local de Elosua, no ante su domicilio. También que el bar tenía «dos entradas» y que la cámara policial «sólo enfocaba la entrada principal».
Ese mismo mes, todavía con Garzón como titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, las partes pudieron visionar la cinta, aunque a cámara rápida. Ya entonces, el funcionario policial que la custodió aseguró ante el juez que el vídeo no había sufrido ningún deterioro tras la grabación, lo que ahora confirma la Guardia Civil.
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