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aNÁLISIS

¿Qué le debemos a ETA?

Lo más descorazonador es que ETA pudiera haber sido derrotada con las herramientas legales habilitadas durante los gobiernos de Aznar

ALFONSO DE LA VEGA

EN la sala sociocultural de Caixa Galicia organizada por «Coruña Liberal» se celebró la conferencia ofrecida por la presidenta del Foro de Ermua, Inmaculada Castilla de Cortázar, acerca de la negociación con ETA. Intervinieron la presidenta de Coruña Liberal, Pilar Pato, y el catedrático de la UDC José Antonio Portero, quien presentó a la conferenciante y mostró su extrañeza porque aún se continúe con este problema del terrorismo, en cuyo tratamiento ha faltado valor e inteligencia. Así, recalcó que la sociedad española no tiene ninguna deuda con nadie del terrorismo.

Castilla de Cortázar aseguró que, aunque no sea obvio, existe una negociación política del PSOE con la banda terrorista ETA. En su condición de médico se lamentó de la falta de respeto a la verdad, pues se pretende escenificar la derrota pactada de ETA como escaramuza electoralista. Ello supondría la derrota del «espíritu de Ermua» por el que la sociedad civil se rebeló contra la injusticia y exigió unidad contra el terrorismo a la clase política en el convencimiento de que si se quisiese al terrorismo se le podría derrotar con la ley. Valoró igualmente la lección de las víctimas que renuncian a la venganza delegando en el Estado de Derecho el castigo de los culpables.

Pasó revista luego a los varios y numerosos síntomas que permiten diagnosticar la existencia de la negada negociación. Con perspectiva histórica, observó que Zapatero estaba en conversaciones con ETA desde antes del 11 M, y que una vez producidos los atentados de Madrid ya se permitió interceder en el Congreso por el fin pactado de ETA en mayo de ese año.

Estamos ahora y desde entonces en la ruta de negociación indicada por Jesús Eguiguren, presidente socialista en el País Vasco, que viene a coincidir con la de ETA expresada por Otegui en Anoeta. Sin embargo, tras el fracaso de la anterior, Zapatero que no quiere la derrota policial de ETA pues no desea que haya vencedores ni vencidos, ahora ha realizado tres cambios fundamentales en su estrategia: negar la negociación, presentar la falsedad de que la izquierda separatista es diferente de ETA, e incluir la humillante presencia de mediadores internacionales.

Rubalcaba es el inteligente bruñidor de esta estrategia «antiterrorista» que combina una aparente dureza policial con un sinfín de concesiones a los terroristas y su entorno. Mientras Eguiguren, hombre cercano al entorno etarra, explica que el PSOE va a traer la paz al País Vasco. Paz acordada con ETA. Y pretende que ETA vuelva a las instituciones vascas, para lograr dentro de ellas un acuerdo vasco entre vascos. Una las víctimas de ese pacto sería la propia alternativa constitucionalista en el País Vasco.

Para Zapatero no sería desdeñable perpetrar un gobierno a la catalana con ETA Batasuna en vez de ERC. Por ello, ETA parece estar más a gusto con Zapatero que con el PNV. Sin embargo, pasa por un mal momento, pues ha visto reducida a una cuarta parte los 28 millones de euros de subvenciones públicas que percibía sin contar con la maquinaria de extorsión.Es muy probable que ETA vuelva a todas las instituciones ahora o en las próximas autonómicas tras un nuevo golpe de efecto que se espera.

Pero lo más descorazonador, sin embargo, es que ETA pudiera haber sido derrotada con las herramientas legales habilitadas durante los gobiernos de Aznar. ¿Por qué Zapatero actúa así? Hay que precaverse del lenguaje tramposo que oculta la verdad. Si ETA pasa a las instituciones, debemos concluir que no hay democracia en España.

Hay que oponerse a la entronización de ETA antes de que sea demasiado tarde. Conviene tener en cuenta el posible argumento falsamente humanitarista de la «generosidad» y la «reconciliación» con los criminales, la búsqueda de la paz pactada que imposibilita la verdadera derrota que es el fin total de ETA.

Frente al relativismo gubernamental es preciso convencerse de la necesidad que tiene la sociedad civil de hacer entender a los políticos que no todo vale. Pero el muro de Berlín cayó, pues éstos habían llegado a subestimar el verdadero nivel de hartazgo de los ciudadanos. Al cabo, la conciencia moral es el último baluarte de la Libertad.

Durante el coloquio posterior se juzgó con poca benevolencia el presente papel de los medios de comunicación, pero se valoraron las oportunidades que ofrece internet en el discurso de la decencia. Inmaculada Castilla resaltó el papel de las sociedades de derechos civiles en el «no os dobleguéis», como, en otro orden de cosas ocurrió aquí en Galicia. Por ello le dijo a Rajoy: «Habéis ganado las elecciones gracias al movimiento cívico».

En el hoy de España no son los políticos e instituciones sino los movimientos cívicos como el Foro de Ermua quienes utilizan el lenguaje de la verdad y de la decencia. El discurso basado en la conciencia moral, último baluarte de la libertad.

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