Hazte premium Hazte premium

Truman contra la España de Franco

En 1952, el presidente de EE.UU. declaraba que «no había sentido nunca simpatía hacia España» por su falta de libertad, mientras negociaba la implantación de bases militares

Truman contra la España de Franco ABC

ISRAEL VIANA

El 7 de febrero de 1952, Harry S. Truman aseguraba públicamente en la Casa Blanca que él «no había sentido nunca mucha simpatía hacia España», según informaba el diario «Pueblo» . ABC, sin embargo, lo traducía como falta de «inclinación hacia España» . Sea como fuere, lo cierto es que aquellas polémicas declaraciones desataron un incidente diplomático entre ambos países, que no hacía sino reflejar el desprecio y la antipatía que sentía Truman por el régimen español. Una tensión que estuvo a punto de echar por tierra el considerado acuerdo más importante de la política exterior del Franco: los «Pactos económico-militares con Estados Unidos» (1953) .

«Mr. Truman no ha mirado nunca con buenos ojos, ni mucho menos, a España»

«Es cosa sabida, en general, que Mr. Truman no ha mirado nunca con buenos ojos, ni mucho menos, a España», contaba la prensa estadounidense. Ya lo había manifestado en otra ocasión. Al presidente –que también deploraba la falta de libertad de expresión– le molestaba especialmente que en el régimen católico español los protestantes no gozaran de la libertad necesaria para profesar su fe. No hay que olvidar que Estados Unidos es un país donde los miembros de las iglesias protestantes constituyen el mayor grupo religioso.

Pero esta vez había una diferencia, porque, al tiempo que rechazaba la dictadura, restablecía relaciones diplomáticas con ella y le concedía a Franco créditos por valor de cientos de millones de dólares para que sacara adelante al país. Todo ello en el contexto de las negociaciones con las que quería obtener permiso para implantar bases militares en territorio español (como la Base Naval de Rota, que se construiría tiempo después).

Palabras «bastante extrañas»

Por ello, las declaraciones de Truman causaron sorpresa entre la prensa española y estadounidense, que calificaron sus palabras de «inconsecuentes», «desconsideradas» y «bastante extrañas». «Sobre todo si se tiene en cuenta que acababa de conceder al régimen franquista 100 millones de dólares en forma de ayuda por vía de la Agencia de Seguridad Mutua, y autorizado un préstamo de 62,5 millones de dólares por el Banco de Exportación e Importación», escribía el corresponsal en Washington de la cadena de periódicos Scripps-Howard . «Y aparte de negociar con España –aseguraba–, proyectamos concederle otros 150 millones de dólares de los fondos de la Agencia de Seguridad Mutua».

En España se criticó un posible «intento de injerencia en los asuntos internos»

«No parece que el presidente vaya a constituir una gran ayuda en los esfuerzos que los Estados Unidos realizan en sus negociaciones con España», añadía. Pero Truman no podía reprimir su animadversión, confirmaba al día siguiente por su embajador en España, Stanton Griffis : «Las declaraciones estaban basabas en la intolerable demora del Gobierno español en llevar a efecto la libertad religiosa en España».

La prensa de España criticaba que la inversión económica de Estados Unidos era necesaria y deseable, «pero intolerable si tal inversión pretendiera ser política» y si escondía el « intento de injerencia en los asuntos internos (de España) , lo cual implicaría un retroceso en las normas del derecho internacional», explicaba ABC. Y la embajada de España en Washington entregaba una «nota de queja» por la declaraciones de Truman .

Sin antecedentes diplomáticos

«Jamás el jefe de una nación se ha expresado de manera semejante a la empleada anteayer por el actual presidente de los Estados Unidos», podía leerse en el diario «Arriba» . Sin embargo, aquel incidente no fue suficiente para detener unas negociaciones que beneficiaban a ambos países: a Estados Unidos por los intereses geoestratégicos y a España por la cuantiosa ayuda económica que necesitaba para salir a flote de los estragos aún presentes de la Guerra Civil.

El incidente no fue suficiente para detener unas negociaciones que beneficiaban a ambos países

Los «Pactos económico-militares con Estados Unidos» se firmaron el 26 de septiembre de 1956 con tres acuerdos: el Convenio Defensivo (permiso para crear bases militares estadounidenses «bajo mando y soberanía españolas»), el Convenio sobre Ayuda Económica (que se amplió diez años más la ayuda que recibía desde 1951, el 60% de la cual debía sufragar los gastos de Estados Unidos en España) y el Convenio Relativo a la Ayuda para la Mutua Defensa (con obligaciones para ambas naciones).

Estos, sin embargo, no fueron más que la punta del iceberg de otras muchas condiciones establecidas en este pacto que, según se supo algunas décadas después, no hacían sino esconder el más alto grado de sumisión y dependencia.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación